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Samantha: Corrupción y perversión de una casada
Fecha: 11/12/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: JCerva, Fuente: CuentoRelatos
... ocupado así que decidió responderle con un mensaje diciéndole lo feliz que le hacía leer eso. Pero ya no recibió respuesta de su esposo. -“Al parecer si estaba ocupado”- pensó Samantha. -Bueno, no importa. Con saber que vendrá a comer con nosotros es más que suficiente- se decía la alegre casada con una sonrisa de oreja a oreja, reanudando su andar hacia la frutería, olvidando el detalle de su sudadera. Mientras caminaba no pudo evitar darse cuenta que algunos hombres la volteaban a ver más de la cuenta. No le quiso dar mucha importancia a ese detalle. Pensaba que tal vez se debía a que nunca la habían visto por el barrio. Así que mejor deicidio solo responderles esas miradas con un, “Buenos días”. Así tal vez la dejarían de ver tanto y entenderían que era nueva en el barrio, pensaba ella. Lo que no sabía la ingenua Samantha es que esos hombres ni cuenta se daban de los buenos días que ella les había dado. Esos hombres solo miraban el bamboleo tan erótico de sus enormes tetas que le regalaba a cualquiera que volteara a mirarlas. Era prácticamente hipnotizante. Pareciera como si ese par de melones hablaran y les dijeran a todos que no apartaran sus vistas de ellas. Después de algunas otras miradas y unos buenos días, dichos por ella, Samantha por fin llego a su destino. Se le hizo raro entrar y ver que el local se encontraba solo. ”Tal vez por ser lunes todas las amas de casa fueron desde temprano a comprar su mandado” pensaba la casada. -¡Buenos días!- ...
... Samantha saludaba al hombre que estaba detrás del mostrador leyendo el periódico. -Pues no sé qué tengan de buenos- le respondía el señor de mala gana sin quitar la vista de su periódico mientras tomaba un cigarro de una corcholata que le servía de cenicero. -¿Disculpe?- en un tono un tanto molesto y sarcástico, la mujer le preguntaba al hombre. -Que nada seño, dígame que quier... - decía el hombre mientras bajaba su periódico para atender a tan impertinente mujer que no lo dejaba leer su periódico tranquilamente, pensaba él. Pero grande fue su sorpresa al darse cuenta que la mujer que tenía delante de él, no era una ama de casa como las que muy regularmente le tocaba atender todos los días, ya entradas en años y también estradas en grasas. Si no que se trataba de una hembra que era todo lo contrario a esas mujeres. Esta hembra más bien parecía una modelo de esas que salen en concursos de belleza que transmiten en televisión, pensaba el hombre. Fue tanta la sorpresa de aquel hombre que ni pudo terminar lo que le estaba diciendo al portento de mujer que tenía delante. Tanto así que hasta su cigarro que sostenía entre sus labios, cayó al suelo en el momento que su boca se abrió por el asombro que le provoco esa mujer. -¿Le sucede algo?- preguntaba Samantha, extrañada. Ya que desde su perspectiva más bien parecía que aquel hombre había visto al mismo diablo. Que, tomando en cuenta el rojo de su cabello, si lo pareciera. Pero de una demonia que incitaba al pecado ...