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Samantha: Corrupción y perversión de una casada
Fecha: 11/12/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: JCerva, Fuente: CuentoRelatos
... cierta tristeza. Estaba en esos pensamientos cuando un pitido de un auto acompañado de un chiflido la hicieron volver en sí y recordar la vestimenta que traía puesta. Si bien su camisón le llegaba apenas un poco arriba de las rodillas y no tenía ningún tipo de escote generoso como para considerarlo sexy. Lo que si tenía era que le quedaba un tanto pegado en específico de sus pechos, caderas y nalgas. Y no es que la talla de su camisón fuera una talla más chica, tan solo que sus proporciones en esas áreas de sus cuerpos eran de un tamaño mayor al promedio. Samantha con un muy visible color rojizo en su rostro, rápidamente dio la media vuelta y entro a su casa, cerrando la puerta detrás de ella. La mujer casada intento tranquilizarse un poco, mientras recordaba que ese tipo de insolencias no ocurrían en su antigua casa. Rápidamente recordó cuando ella era más joven y vivía ahí como cada vez que salía de su casa recibía una que otra leperada de algunas personas. Por lo general eran personas de la clase obrera las que se referían a ella con piropos, unos chistosos y otros subido de tono. Si bien en aquellos años, dichos piropos no le desagradaban del todo y hasta algunos le parecían interesantes. Ahora no le parecían propios para una mujer casada y madre. Así que mientras se dirigía hacia su habitación para cambiarse de ropa, pensaba en no darle pie a que ese tipo de gente le volviera a faltar el respeto. Así que evitaría el salir a la calle como lo había hecho hace ...
... algunos minutos. -No tengo tiempo de darle mucha importancia, mejor me apuro a limpiar la casa para que la comida este lista cuando llegue de la escuela mi vida. Sirve que me cuenta que tanto cambio la escuela desde que yo estudiaba ahí jijiji- termino diciendo Samantha en tono como si de un gran chisme se tratara mientras se dirigía a su habitación para cambiarse de ropa. A unas cuadras de ahí, en los portones de la escuela secundaria. Un hombre supervisaba la entrada de los alumnos. Por la cara de pocos amigos que tenía, pareciera que lo tenían ahí en contra de su voluntad. Tan solo a las alumnas y alguna que otra madre que llevaba a su criatura, se dignaba a saludar con una sonrisa de oreja a oreja y algún piropo según el cautivador pero que ante los ojos de ellas solo les causaba gracia. Porque a los hombres solo se limitaba a regresarles el saludo de mala gana o simplemente ignorarlos. El tipo iba vestido con un pantalón sastre de color café ya muy degastado, una camisa un tanto percudida de manga corta. Mientras que los botones de su camisa hacían lo posible por no salir disparados y es que la prominente barriga repleta de lombrices y sabrá Dios que más parásitos llevaría dentro, hacían que la camisa le quedara extremadamente entallada. Era tanto que claramente se podían dibujar sus pechos que rivalizaban con los pechos de las estudiantes más desarrolladas de la escuela. El aspecto su rostro no era muy diferente al de su ropa y su cuerpo. Carecía de cabello en la ...