¡Hijo, me tienes harta!
Fecha: 11/12/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos
... vista fija en los papeles, no obstante, no movía los ojos— Voy a comprarme una porra. De policía, ¿eh? Nada de imitaciones. Real, de las negras que tienen madera por fuera y hierro por dentro, para cuando no me hagas caso, darte con ella. ¿Qué te parece?
En aquel preciso instante, en el que terminó de hablar, María contempló un milagro. Javi la observó detenidamente, apartando sus hojas de encima y se levantó del sofá, dejando todo allí, incluso el móvil. Pasó por donde estaba su madre sin ni siquiera mirarla, dejando un olor a semen y sudor que a María le hizo dar un paso disimulado alejándose de él. Era demasiado fuerte.
—Ya voy.
Fueron las dos únicas palabras que salieron de su boca mientras su madre le miraba tratando de contener la estupefacción que sentía. Parecía derrotado, vencido por una única frase que a María le había salido sin pensar. Y allí se quedó la mujer, con la boca abierta y escuchando los pasos de su pequeño, perdiéndose en la largura del pasillo.
María no se lo podía creer, se llevó la mano a la boca con los ojos abiertos como una lechuza en mitad de la noche. ¡Había vencido! Por primera vez había ganado a su hijo de forma clara. Solo había sido necesaria una alusión a la autoridad, nada más. Trató de ocultar su carcajada que se quería elevar por encima del sonido de la televisión y acabó por sentarse para tratar de calmar su euforia.
Al de un cuarto de hora, pasó algo temerosa por la habitación. Quizá su gran alegría ahora se convertiría ...
... en desesperación cuando viera que su hijo no había hecho nada. Sin embargo, menuda sorpresa cuando abrió la puerta y se encontró a Javi agachado bajo la cama sacando calcetines perdidos.
María se quedó parada en el umbral de la puerta, sin decir ni una palabra, ni tan siquiera querer respirar. Era como ver un fantasma o un cuerpo difunto levantarse de su tumba, algo tan imposible que por primera vez en su vida se preguntó si estaba despierta.
No sabía si entrar del todo o decir algo, cualquier movimiento pudiera romper ese halo de magia que cubría la mente de su pequeño. Al final, cuando el joven se levantó del suelo después de limpiar debajo de la cama, se decidió por decir algo.
—Muy bien… —no podía ocultar su asombro.
—Me falta el armario. —su tono era seco y casi avergonzado.
—No, no, no. —paró María a su hijo que afanosamente se encamina al armario para ordenarlo por completo— Tienes que estudiar, cielo.
Hubo un silencio, más por parte de María que por Javi. En su cabeza resonó una pregunta al haber escuchado semejante palabra cariñosa hacia su hijo. “¿Cuánto hacía que no le dedicaba una palabra amable?” No lo recordaba.
Pasó su mano con dulzura por el antebrazo del joven, sintiendo algo de humedad debido al sudor por tanta tarea mañanera y le añadió.
—Ya termino yo. Ponte a estudiar o… —no se creía lo que iba a decirle, pero tal vez su hijo se lo merecía— si te apetece, puedes descansar un poco.
—Mejor será estudiar, mañana tengo un examen y ...