Pigmalión
Fecha: 22/12/2024,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... follara.
-Joder.
-Sí. Pero no tenía nada más que hacer y acepté. No es por fardar pero desde siempre se me dio bien el sexo.
-Ya lo creo.
-Estuvimos toda la tarde follando. Y cuando se fue, me dejó dinero sobre la mesita de noche. Me sentí raro, pero necesitaba el dinero y lo acepté.
-Qué historia.
-La vi varias veces más. Siempre me pagaba. Me dijo una vez que si quería, me presentaría a unas amigas suyas. Y así empecé. Me fui labrando una reputación y ahora, la verdad, vivo como quiero, con un trabajo que me gusta, sin problemas.
Alba lo miraba. No le extrañaba que las mujeres lo buscasen. Era guapo y follaba como nadie. Alargó una mano y la llevó hasta la polla. Estaba floja, pero con sus caricias la fue poniendo dura.
-John... fóllame.
-Fóllame tú, preciosa.
Alba le puso un condón y se montó sobre él, clavándose la polla hasta el fondo de su coño. Lo cabalgó, gozando al sentirse clavada sobre la dura estaca. Él acariciaba sus tetas, las amasaba entra sus manos.
John consiguió que la chica gozara de varios orgasmos antes de llenar el condón con su corrida.
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Alba se convirtió en clienta habitual de John. Dejó de salir con otros hombres, al menos en busca de sexo. Sólo con John obtenía lo que deseaba.
John empezó a alegrarse cuando el teléfono sonaba y el nombre de Alba salía en la pantalla. Ahora siempre estaba para ella. Si tenía una cita previa, la cancelaba. Con Alba era con la que mejor se lo pasaba. Siempre dispuesta a ...
... aprender.
La fue moldeando a su gusto. Le enseñó todo sobre el sexo. Ella estaba ávida de conocimientos, y estaba siempre dispuesta a practicarlo todo con él.
Una de las veces en que ella le chupó la polla hasta hacerlo correr, Alba se bebió el semen. Se lo tragó despacito mientras él la miraba, maravillado. A partir de esa vez, siempre se tragó su leche. A John le fascinaba que ella lo hiciera. Un día le preguntó.
-¿Te gusta el sabor del semen? Siempre me han dicho que sabe raro. Salado y algo amargo.
-Jejeje. La verdad es que no me gusta mucho.
-¿Y por qué te lo tragas?
-Porque me encanta como me miras cuando lo hago.
John le dio un besazo.
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Meses después, un día John estaba sólo, en su casa. No tenía ninguna cita prevista. No tenía nada que hacer. Se sorprendió pensando en Alba.
Repasó su relación con la chica. Cómo ella había cambiado desde que la conoció. De cómo había pasado de ser la tímida e inexperta chica de aquel cumpleaños a la maravillosa mujer que era ahora. Con ninguna otra gozaba del sexo como con ella. Con su ayuda se había convertido en una mujer maravillosa.
Se dio una ducha, se vistió y salió a la calle. Cogió su coche y se dirigió a casa de Alba.
Tocó el timbre. Ella abrió.
-John...Hola...
Estaba sorprendida. No lo había llamado.
-¿Puedo pasar?
-Claro. Pasa.
Fueron al salón. Se sentaron. Se miraron.
-Te invito a cenar - le soltó, de repente.
-¿Qué?
-Que te invito a cenar, Alba. No tenía nada ...