Relájate y disfruta
Fecha: 24/12/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Fd, Fuente: CuentoRelatos
... Era mi primera noche en la calle. No conocía a nadie, excepto a mis compañeros de trabajo con los que no quería estrechar lazos. Siempre es un inconveniente cuando uno tiene planes secretos. De modo que estaba solo, tomando un cóctel imbebible que había pedido precisamente para alargar su consumición, pues tampoco quería volver a mi apartamento. El ambiente en Le Comptoir era el que luego supe habitual de los jueves por la noche: profesionales y ejecutivos de treinta y tantos, la mayoría solteros, que despedían la semana tomando copas aunque hubieran de madrugar el viernes por la mañana. Merecía la pena el esfuerzo, deduje por lo animados de los grupos que se agolpaban en la barra y en las mesas altas. Sólo dos personas permanecíamos sin compañía en el local.
Era una mujer que se encontraba a tres metros de mí, sentada en un taburete frente a la barra, ante una copa de vino de aire tan deprimido como ella. Reparé en su presencia cuando un grupo de alborotados franceses se largó. Quedó un vacío entre ambos. Nos miramos. Pero ella no veía. Sus pensamientos estaban muy lejos. Cada pocos minutos miraba su móvil, que sacaba del bolso de cuero negro una y otra vez. Lo volvía a guardar, alternando gestos de rabia que no podía disimular y expresiones de tristeza que tampoco podía ocultar. Un plantón en toda regla. Quien la había plantado debía ser muy importante para ella. De pronto, me miró: ¿Quieres fumar conmigo en la calle?- preguntó en francés. Claro – respondí. No era una ...
... mujer especialmente atractiva, pero tenía ese aire desvalido que siempre deja la soledad impuesta. Ella me ofreció uno de sus cigarrillos. Una marca que no conocía. Rubio, fino, pero no muy largo. Me dio fuego, incluso."
Termine de leer un par de veces la hoja amarillenta antes de volver la vista a Josef.
—Bien señor creo que esta vez volveré a perder
—Tienes varios días para aprenderla, el sábado es día de cobrar o pagar tu apuesta.
Luego sirvió un par de copas más y las bebimos de un trago para luego quitarnos la ropa y usar ese escritorio de cama…
El libro se convirtió en mi acompañante más fiel, cada oportunidad leía de nuevo la misma página, en el transcurso al trabajo, en los momentos libres, en casa hasta que en mi cabeza comenzó a aparecer cada letra, cada punto y coma, cada acento cada espacio incluso vi una palabra que tenía una pequeña falta de ortografía y la aprendí así como estaba sin corregirla.
La primera parte estaba grabada en mi cabeza a cal y canto, pero aún faltaba la segunda mitad del texto que por alguna extraña razón no podía memorizar, creo que dos días no iban a ser suficientes…
Ganara quién ganara yo tenía una sorpresa, desde hace algún tiempo teníamos la intención de una escapada en la ciudad así que conseguí la habitación de un hotel centro de la ciudad, en la zona antigua, donde las casas y edificios son de la época colonial y aún hoy en día puedes ver el esplendor y el lujo de los habitantes de hace más de trescientos años, ...