1. La vida en pareja (capítulo cinco): Chucho


    Fecha: 03/01/2025, Categorías: Gays Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos

    ... dilatado y húmedo.
    
    Me dejé singar allí en la sala, un blanco con una pinga así era raro y él lo era, estaba muy cachondo, me decía que poca gente se atrevía a darle el culo, que ni las más locas se atrevían, que yo era un verdadero hombre que aguantaba su pinga y mil cosas por el estilo. Al rato nos fuimos a la cama donde me ponía de mil posiciones siempre dándome caña y haciendo mil comentarios. Se vino gimiendo como un bebé, estaba feliz cuando dejó caer a mi lado. Después se empeño en que me viniera y cogiendo un frasco de crema empezó a meterme los dedos, mientras me decía que gozara. Yo trataba de hacer lo que me decía, mientras sentía como sus dedos entraban, como iba metiendo más y más, yo volaba, gemía, hasta que alargándose me besó diciéndome que quería meterme el puño. Muy a pesar de lo caliente que está con él, entregado a sus caricias y toqueteo, le dije que no.
    
    - Me da miedo.
    
    - ¡Oye, yo soy médico y sé cómo se dilata un buen culo, ya lo tienes a medio camino!... anda, chico, déjame...te va a encantar. Sé que lo vas a gozar porque se te ve en la cara.
    
    Muy a pesar de su insistencia, me negué, no sé, ...
    ... era la primera vez que escuchaba algo semejante. Había visto fotos en revistas, pero a experimentarlo yo, no estaba preparado para ello. Ernesto no se enfadó, me hizo acostarme abriendo mis nalgas y empezó a darme lengua, la metía y la sacaba. Pronto logró que me olvidara de aquella propuesta, estuvo así hasta que exploté llenándome el pecho de leche que Ernesto recogió y me la dio en un beso.
    
    - ¡Qué rico te he dejado el culo! Lo tienes como una rosa abierta. -me dijo mientras me besaba, me acariciaba.- y eso que no me dejaste que te metiera el puño..., pero te metí cuatro dedos... estás a medio andar.
    
    Yo temía por aquello que me había dicho, él me calmó que al rato ya volvería todo a su estado normal, que solo había sido una dilatación y que no me preocupara porque siendo médico, él sabía lo que se podía hacer. Que mejor era empezar por la dilatación y después singar, que no me preocupara que en otra ocasión la pasaría mejor. Al parecer estaba seguro que habría más veces, me dijo que conocía a Chucho y que le gustaba mucho practicar lo de la mano. Eso me chocó algo porque resultaba que no conocía del todo a Gustavo. 
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