1. Vecina con ganas de follar


    Fecha: 08/01/2025, Categorías: Confesiones Autor: quemiedo, Fuente: CuentoRelatos

    ... verga, estrujándola con fuerza y ganas, sometiéndola con precisión y energía a un vaivén rítmico acompasado. No llevaría diez sacudidas cuando brotó un chorro caliente de lefa, chocando con mi pierna. Respirando hondo, dije para mis adentros que era la hora de dormir. Mañana será otro día.
    
    Llegué al día a casa a una hora inusual, al llegar al portal y después de palpar los diferentes bolsillos comprobé que no tenía las llevas. Vaya incordio pensé. Mientras estaba en mi devaneo, me di cuenta que al lado mío estaba una persona. Una sorpresa, era la vecina de la noche inolvidable, la protagonista de la gran película y de mi inspiración. Era ella.
    
    - ¡Hola! Me llamo Mariola y vivo en este portal, ¿Podrías abrirme, no tengo la llave?, vivo en el tercero.
    
    - Pues no -fue mi contestación a bote pronto.
    
    - Desde luego no eres el rey de la simpatía y amabilidad.
    
    En ese mismo momento me eché a reír con una gran y sonora carcajada y a la vez recomponiendo mis ropas, mis bolsos y la figura.
    
    - Me llamó Arturo, vivo en el tercero también, y me has interpretado mal la contestación o me he explicado de puta pena, que es lo mas seguro. Es qué tampoco tengo llaves.
    
    Ella también comenzó a reírse, una sonrisa cautivadora, fresca también. Es para mi concepto de guapeza, el rostro perfecto. La melena enmarcaba su rostro a la perfección, dientes blancos, ojos negros vivos, cejas pobladas y perfiladas, nariz respingona, largas pestañas sin exageración y labios bien marcados, ...
    ... pintados con un labial discreto, agradable a la vista, un rojo luminoso. Llevaba una camisa de color rojo cereza, con unos pantalones negros ceñidos de corte ejecutivo, conjuntada con un sujetador rojo, se adivinada al principio del escote en uve de la camisa. Su pecho estaba proporcionado, de cintura marcada, pierna larga con unos glúteos altos y tentadores. El conjunto lo completaba con unas sandalias de alto tacón, cartera de ejecutivo color cuero viejo. En su brazo y perfectamente doblado una gabardina ligera de doble botonadura. Todo esto era la foto sin flash, en diez segundos.
    
    - Vamos hacer una cosa Mariola -intentando caer bien-, como soy fantástico y no antipático voy a ir al coche a por las llaves, que están en la guantera. Mientras espérame en esa cafetería de ahí, Venecia se llama. El garaje es el Moderno, que de aquella esquina hay cincuenta metros mal contados, ¿De acuerdo?
    
    - El planazo me parece de rechupete - mientras una sonrisa iluminaba su cara – pues voy para Venecia y te espero.
    
    Al regresar estaba en la barra acomodada, en un taburete sentada con las piernas cruzadas, en otro perfectamente colocada la gabardina con su maletín.
    
    - Veo o intuyo que has madrugado hoy
    
    - ¿Por qué lo dices?, majo.
    
    - Por la gabardina –respondí- esta mañana aparte de rasca, el día amenazaba lluvia.
    
    -Muy observador -respondió con una sonrisa muy agradable.
    
    Tomamos algo manteniendo una conversación intrascendente por las llaves y el vivir solos, sin saber muy bien ...