1. Infiel por mi culpa. Puta por obligación (18)


    Fecha: 09/01/2025, Categorías: Grandes Relatos, Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... –suspira hondamente. – ¡Pufff! Porque una cosa es haberte imaginado haciéndolo con él y otra muy distinta es escucharlo de tus labios.
    
    Resignado, claramente decepcionado me habla Camilo, retirándose la gorra de beisbolista con una mano, sosteniéndola por el borde de la visera, abanicando con ella el espacio vacío entre sus rodillas y manteniendo clavada su mirada hacia el piso; con la colilla apagada en el medio de sus dedos, sin arder y sin vida. ¡Como ahora se encuentra él!
    
    —Camilo yo… ¡Yo te entiendo y me pongo en tu lugar! Comprendo tu dolor, tu rabia e impotencia. Es lo lógico ¿No? Y puedes llamarme como lo sientas o prefieras. ¡Puta!, ¡Ramera!, ¡Sinvergüenza! Sin embargo, tus suposiciones están erradas, al igual que las expectativas de José Ignacio esa noche. ¡Porque no sucedió lo que te imaginas! No al menos tan complejo y de la forma que lo has recreado en tu mente. —Levanta mi esposo su cabeza, la gira y me observa con detenimiento. Su mano izquierda se desplaza sobre ambas mejillas para retirar el cauce de sus lágrimas y deposita dentro del cucurucho de papel los restos de su cigarrillo, luego con sus ojos aguados y enrojecidos me observa y contrae los labios, con la clara intención de preguntarme algo que todavía oscurece su razonamiento.
    
    — ¿Qué intentas decir? ¿Acaso es qué no sucedió? ¿Qué más te falta por contar? —Dispara sus inquietudes en seguidilla.
    
    —Te digo que lo puse en su lugar. Tal vez en uno que es distinto a lo que sospechas y que él mucho ...
    ... menos se lo esperaba. Y te aclaro de antemano, que yo en esos instantes no pensé que José Ignacio lo aceptaría, así como así.
    
    —No entiendo nada Mariana. A ver, explícate mejor o terminaras por hacerme explotar la cabeza.
    
    —Camilo, me da pena contártelo porque lo único es qué… ¡Fue mi culpa! Maldita sea, saqué el valor necesario para enfrentarlo, para minimizarlo. Solo quise vengarme y sobreponerme a su prepotente actitud. Por querer hacer más esa noche con él, hice menos el resto de mis días contigo.
    
    —¿Me sirves otra copa, por favor? Y de paso bebe conmigo otro trago, porque lo necesito para darme valor, porque te va a hacer falta para que me entiendas y tengas algo de claridad. ¡Al menos un poco, por ahora!
    
    Y me sirve. Espero a que colme su copa. Levanto la mía y el la suya. Bebemos al tiempo, sin decirnos nada pero mirándonos nos decimos todo. Camilo con su orgullo herido y su amor por mí, agonizando. Espera a que continúe y yo con vergüenza, sin poder borrar ese absurdo pasado y siendo rehén de mis acciones, prosigo con los recuerdos.
    
    —Después del estupor que me causó, le dije: ¡Oyeee!... ¿Pero qué mierdas crees que haces? ¡A mí no me tratas así! Que confiancita la tuya. ¿Qué quieres Nacho? Y le grité con bastante enojo, mientras él me mantenía sujeta con mi brazo derecho en alto y su rostro a pocos centímetros del mío. Su torso bien pegado a mí y con su otra mano libre sin brusquedad pero con determinación, apoderándose de mi cuello.
    
    —Me han dicho que las ...
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