Infiel por mi culpa. Puta por obligación (18)
Fecha: 09/01/2025,
Categorías:
Grandes Relatos,
Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos
... su cuello, anteponiéndose al olor del tabaco en su boca, y alejo mi rostro para mirarlo, sonriéndole agradecida por su noble gesto. ¿Será que la vida está empeñada en reunirnos de nuevo?
— ¡Gracias! —Le digo, y luego se me escapa un suspiro y tras de aquella sentida espiración le lanzó sin avergonzarme un ¡Te amo!, respaldándolo con una caricia tenue sobre su mejilla y mi mano con su tibia concavidad, va cambiando paulatinamente de forma; se aplana y resbala sin querer, rozando con mi pulgar la esquina de sus labios, para lanzarse de manera casi suicida desde el acantilado de su mentón hasta detenerse finalmente atravesada la palma entre el inicio de mis puchecas y el dorso con mi alianza matrimonial, rozándole su pecho.
Camilo inclina la cabeza y me mira. No hay palabras que se integren tan siquiera en una corta frase de respuesta por su parte ante mi amoroso gesto, pero a sus ojitos cafés le regresan los cariñosos resplandores y a sus mejillas algo de color. Tiritan sus labios y los aprieta. Le cuesta expresarse, pues se debate entre el amor que aun siente hacía mí y el odio que desea sentir. Entre el perdón que le indica su corazón que me otorgue, y la sentencia que todavía no se atreve a emitir por su cordura. Lo comprendo y lo asumo, separándome con suavidad de nuestra inusitada cercanía. Camilo necesita su espacio y yo he de dárselo, aunque dentro de mí, se esté librando una encarnizada batalla de sentimientos.
Y soy yo quien le agarra por el brazo, invitándolo ...
... a seguir caminando hacia la cercana plazoleta, con sus esbeltas palmeras erguidas como si fuesen cuatro gigantes que resguardan la cristalina fuente de agua, a estas horas iluminada por los interminables flashes de móviles y cámaras fotográficas de los turistas.
— ¿Seguimos? —Le pregunto tras dar el primer paso.
—Me parece bien. Continúa por favor. —Me responde, dejándose llevar por mí hacia adelante, sincronizando su andar con mi segundo paso.
—Cuando me centré nuevamente en lo que hacíamos, K-Mena ya chupaba con desespero dos de mis dedos. Los retiré con provocadora lentitud de su boca, –causando una imagen sensual para aquellos que nos observaban– y dirigí la mirada hacia José Ignacio, de manera rápida pero sarcástica, para que tuviera muy en claro mis intenciones. ¡Malas para él, pero muy buenas para K-Mena y para mí!
— ¡¿Y lo hiciste?! —Sin podérselo creer mi marido pregunta entre admirado, apenado y sorprendido.
—Pues mi cielo, tocaba hacerlo o quedar ante todos como la estúpida mojigata, dándole la razón a José Ignacio. Así que pensé… «A Santa Rosa o al Charco», y me lancé por ellos con mi boca abierta, sedienta de seguir con aquel ejemplarizante beso, acariciando antes su mejilla sin apartar la mirada de sus ojos grises, a la vez que deslizaba mi dedo índice hasta su gordito labio inferior ejerciendo presión sobre él, precipitándoselo hacia abajo. Mis ojos se desviaron hasta su boca al retirarlo y de inmediato posé mi boca sobre la suya. —Le respondo a ...