1. Amante se busca: Al otro día, permitido experimentar


    Fecha: 11/01/2025, Categorías: Sexo en Grupo Autor: vule69, Fuente: CuentoRelatos

    ... ves...
    
    Yo: -parándome de la silla para estrecharla entre mis brazos- Rojita... -besé la base de su cabeza- eres una increíble mujer y una sensacional compañera... y mereces todo y mucho más de cuanto has recibido, pero si vas a seguir buscando adrenalina, te sugiero aprendas defensa personal.
    
    Magali: pero si yo sé defenderme...
    
    Yo: me refiero, Rojita a algo más que saber hacer las llaves de cachete...
    
    Los dos: jajaja...
    
    Magali: idiota -dijo al tiempo que estrechaba aún más el abrazo en el cual nos encontrábamos-parece que es tu celular el que suena...
    
    Yo: si, cariño, es el Pantera, dueño del Negro Bueno, un local de mala muerte que seguramente no conoces y al cual estoy invitado a almorzar, pero le diré que no puedo ir...
    
    Magali: no lo hagas por mi... yo voy al departamento a ducharme y descansar... tú ve a tu almuerzo y para que estés informado, si conozco al Negro Bueno aunque nunca he entrado. Nos vemos en la tarde.
    
    Yo: tengo una idea mejor... espera... estoy devolviendo la llamada del Pantera... hola viejo lobo de mar... no te preocupes ahí estaré y como siempre llevaré el postre... nos vemos.
    
    Magali: por qué me miras de ese modo?
    
    Yo: ponte algo y vamos a tu departamento a que te vistas para la ocasión... deseo me acompañes al almuerzo... quieres?
    
    Magali: puedo?
    
    Yo: eso es un sí?
    
    Magali: sí...
    
    Yo: entonces... vamos... saco un cambio de ropa y nos vamos... me podré duchar en tu casa, cierto?
    
    Magali: solo si lo hacemos juntos... ...
    ... de otro modo la respuesta es no...
    
    Yo: en fin... si no hay de otra, me sacrificaré...
    
    Magali: uy que valiente y estoico hombre...
    
    II
    
    Mientras nos acicalábamos le conté mi larga relación con el Pantera y sus dos mejores amigos. Conocía al viejo desde mis tiernos 10 años de edad y desde que recuerdo hasta ahora (o sea más o menos 25 años) el último sábado del mes no abre el local hasta la noche con la excusa de poder disfrutar de una buena sobremesa con unos carmenere fina cosecha que siempre tiene para la ocasión.
    
    Los invitados serían los acostumbrados, es decir, el Güasón y el Tranca. Todos viejos lobos de mar que rondaban los 65 años, aunque no los representaban ni en sus rostros ni mucho menos en su actitud frente a la vida.
    
    El Pantera era delgado, con gruesos brazos, pelado al 100%, 1.80 m de altura y con un chispeante humor. Luego, al Güasón le decían así (nunca supe su nombre o apellidos) porque siempre estaba riéndose de todo y por todo y porque no era extraño verlo contando algún chiste o gastando alguna broma.
    
    Este viejo era de complexión media, bajo (1.64 m), rubio y con unos profundos ojos azules. El Tranca, por su parte, era ver a Bud Spencer. Más alto que su amigo, macizo y musculoso, negra y profusa barba, pelo cano y largo hasta los codos, tomado siempre en un moño atado con elásticos de vivos colores. De todos los amigos del Pantera, el Tranca era el más buena con quien más afinidad tuve.
    
    Los tres habían sido pescadores de jóvenes, los ...
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