1. Gonzalo (capítulo doce)


    Fecha: 15/01/2025, Categorías: Gays Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos

    ... verdad… cuando nos conocimos, se te iban los ojos para mi pingón, ¿no me lo vas a negar? Bien, a ver, si te até a la cama, fue por una fantasía, después se me ocurrió lo de traer a unos socios, que por cierto quedaron satisfechos. Les has gustado. Claro que debí proponértelo de otra manera…
    
    - ¡Bah, no me jodas, que todo está bien planeado! Hasta tienes a un tipo para que no me vaya.
    
    Se levantó, se quitó la ropa, fue a la cocina, regresó con un tabaco en la boca y se fue al dormitorio.
    
    - ¡Ven acá! Vamos a hablar.
    
    Lo obedecí, cuando entré en el dormitorio y lo vi, se me pasó todo el enfado. Estaba muy rico, parecía un tipo de película. Recostado a la cabecera de la cama, desnudo, fumando y con la pinga a medio parar.
    
    - ¡Ya ves! Te gustó, te gusta mi pinga y tú me gustas… ¿qué más queremos? Ven, ven acá, acuéstate entre mis piernas… - lo obedecí, me acomodé entre sus piernas, apoyé mi cabeza sobre su pinga que se ponía ya dura. - ¡Mi amor, mira cómo me pones! Además a ti te gusta…, te gusta mamar, te gusta que te mamen el culo, te gusta abrir el culo y sentir como te la meten, te gusta dar el culo… ¿qué hay de malo en que recibas lo que tanto deseas?
    
    Como respuesta alcé mi cabeza y engullí su pinga hasta la garganta, lo miré. Él sonreía y daba bocanadas al puro.
    
    - Mírate, mírate, eres maricón…, maricón de los buenos…, hay pocos que lo ...
    ... tengan tan claro como tú. Tú eres ideal, lo que necesito…, sí te chuleé hoy y mañana te voy a chulear de nuevo…, no te voy a amarrar más, estarás libre…, ah…, ¡Cojones, qué rico mamas! – Me hizo incorporarme y me besó con pasión. - Sé que has singa´o hoy mucho, no te voy a obligar a nada, haz lo que quieras para que me venga.
    
    El muy hideputa me gustaba, me daba morbo, me llegaba, sabía lo que hacía y cómo barajarme a mí. Yo en silencio me puse en cuclillas sobre su pinga y me senté despacio hasta sentir los pelos de su pubis en mis nalgas. Él me sonrió, me besó.
    
    - ¡Cojones, qué culo tienes! ¡Y mira que te han dado hoy caña y lo tienes rico!...
    
    Yo lo hice callar con mi mano, empecé a hacer cuclillas sobre él, mientras él gemía, murmuraba, me besaba o me miraba simplemente. Al rato con un movimiento brusco pero seguro, me hizo girar y caer debajo de él. Empezó a singarme con fuerza.
    
    - ¡Así es mejor! Yo soy el activo aquí, el macho…
    
    - ¡Dame, dame pinga…
    
    - ¡Así me gusta, mi amor! Así me gusta que me pidas…, aquí tienes, aquí tienes pinga pa´rato.
    
    Cambiamos de posición como un torbellino, hasta que se vino, después abrió mis piernas y empezó a lamer mi culo mientras yo me masturbaba. Cuando me vine, recogió mi semen a lengüetadas y en un beso me dio mi propia leche. Dormimos bien, abrazados y sin mencionar más aquello que había pasado. 
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