1. Incesto a la japonesa


    Fecha: 20/01/2025, Categorías: Incesto Autor: Kiko, Fuente: CuentoRelatos

    ¡Usted si que sabe!
    
    Aiko (hijo del amor) era un empresario japonés, cincuentón y de estatura mediana al que se le había muerto la mujer años atrás. Tuvo que criar solo a su hija Ame (lluvia), una joven delgada, bastante más alta que él, muy bonita, con buenas tetas y culo redondo, que por consentida le había salido libertina. Una noche Ame llegó a casa a las dos de la madrugada. Esa fue la gota que colmó el vaso. Aiko, sentado en un sillón de cuatro plazas y con esa voz que tienen los japoneses que parece que están amenazando a sus interlocutores, le preguntó;
    
    -¡¿De dónde vienes, Ame?!
    
    Ame, que vestía una blusa blanca, una minifalda negra y que calzaba unas zapatillas de deportes blancas, le respondió:
    
    -De estar con mi novio.
    
    -Tenías que haber estado en casa a las diez.
    
    Ame se sentó a su lado, lo besó en la mejilla y le dijo:
    
    -¿Le va a reñir a su hijita buena?
    
    Aiko no estaba para bromas, la cogió por la cintura, la puso sobre sus rodillas, y con una mano pequeña, pero pesada, le dio en sus redondas nalgas. Le dio tres veces en cada una.
    
    Ame no se quejó ni soltó una lágrima. Aiko le preguntó:
    
    -¿Qué has estado haciendo?
    
    Ame, que no esperaba la reacción de su padre, contraatacó con sus mejores armas.
    
    -¿Está celoso, padre?
    
    -¡¡Plas, plas, plas!!
    
    -¡¿Qué habéis estado haciendo?!
    
    Ame le respondió:
    
    -Lo que lleva tiempo deseando hacer usted.
    
    Le había dado en su punto débil.
    
    -¡¿Quieres que te de con más fuerza?!
    
    Ame siguió ...
    ... contraatacando.
    
    -¿Me desea por qué me parezco a mi madre?
    
    Le dio con más fuerza.
    
    Ame era rebelde y dura cómo ella sola.
    
    -¿Lo excita pegarme, padre?
    
    Lo excitaba, por eso le sentó mal que se lo hubiera dicho.
    
    -¡¡¡Plas, plas, plas!!!
    
    -Se ve que lo excita.
    
    Para no darle a razón dejo de azotarla, la puso en pie y le dijo:
    
    -¡Vete para cama!
    
    -No tengo sueño.
    
    -¡Pues lo haces!
    
    Con los azotes, Ame, se había puesto cachonda y más que se puso al ver el bulto que tenía su padre en la entrepierna del pantalón. Mirando para él, le dijo
    
    -Lo excitó azotarme. Se le puso dura.
    
    Cómo no podía negar lo evidente, tuvo que decir:
    
    -No sé que voy a hacer contigo.
    
    Le echó la mano a la polla.
    
    -Si que sabe.
    
    Aiko le quitó la mano de la polla.
    
    -¡Desvergonzada!
    
    Ame se puso en pie, sacó sus bragas blancas, mojadas, las tiró a piso y se volvió a sentar, subió la minifalda y se abrió de piernas. Aiko le dijo:
    
    -Eres una...
    
    -Puta. ¿Va a disfrutar de la puta o se va a hacer una paja?
    
    Aiko casi no se podía creer lo que le acababa de decir su hija.
    
    -¡¿Eres consciente de lo que acabas de decir?!
    
    -Parece que necesita un empujoncito.
    
    Ame le echó la mano a la nuca, hizo que se arrodillara y le puso la cara frente al coño peludo.
    
    -¿Le gusta?
    
    Aiko dejó de hacerse el digno.
    
    -Es precioso.
    
    -Disfrútelo.
    
    Le lamió el coño de abajó a arriba. Ame le dijo:
    
    -Usted sí que sabes.
    
    -¿Es que tu novio no sabe?
    
    -Mateo ni lo intenta.
    
    Aiko ...
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