1. Nuestro primer e inesperado trío (parte 1)


    Fecha: 21/01/2025, Categorías: Sexo en Grupo Autor: MarcoAntonio94, Fuente: CuentoRelatos

    ... las casas para ver si alguien observaba, pero, al parecer, no había nadie en toda la unidad habitacional.
    
    - Listo, ya puedes voltear – Fernando se giró y Ana se acercó a él – otro favor, guapo. Danos un momento a solas, así que ve a bañarte y a ponerte guapo, nosotros en un momento haremos lo mismo porque quiero que salgamos por la noche – y en ese momento le rodeó el cuello con sus brazos y le dio un profundo beso.
    
    - Está bien, me apuro – y de un brinco salió del agua, se puso su toalla y se dirigió hacia adentro.
    
    - No sabía que querías salir por la noche – le dije.
    
    - No quiero salir, muero de ganas, quiero hacer el trío ya – me dio el mismo beso, con la diferencia que metió su mano en mi traje y acarició a mi miembro – tu sígueme la corriente. Vamos a ponernos guapos y cuando nos espere en la sala sacaré la baraja, los hielos, la botella y entraremos en calor y en confianza de nuevo.
    
    Mi mujer, que antes era admirada por todos por la rectitud de su actuar, ahora era una zorra hecha y derecha y yo estaba sumamente orgulloso de ello.
    
    Cuando el baño estuvo por fin libre, entramos a bañarnos. Yo no podía con la emoción, había fantaseado con esto muchos años. Bajo el agua caliente que nos quitaba el cloro de la piscina, tomé a mi mujer varias veces por la espalda y le hacía el amor. Ella me detenía, diciéndome que tuviera paciencia.
    
    Ya en nuestra recámara, mientras nos vestíamos y peinábamos, me surgió la curiosidad:
    
    - Mi amor, ¿dónde te gustaría que te ...
    ... acabáramos? – le pregunté.
    
    - Pues, fíjate que no había pensado en eso. Siempre en el porno a la mujer le terminan en la boca, en la cara, alguna parte de su cuerpo o dentro de él. Todas me gustarían.
    
    - Entonces, ¿dónde caiga?
    
    - Si.
    
    Fernando acabó de arreglarse antes que nosotros y bajó a la sala. Unos minutos después, nosotros estábamos listos. Yo me había puesto una camisa azul de algodón que traje, pensando usarla en la foto oficial de nuestras vacaciones; pantalón de mezclilla negro y zapatos y Ana estaba, de nuevo, espectacular. Se había puesto de nuevo esos zapatos abiertos con plataforma; una falda blanca que apenas y le cubría las nalgas y que, si se movía mucho, dejaba ver el calzón cachetero rojo; una blusa de malla negra bastante transparente y que la hacía lucir su bello brasier rojo que realzaba su busto; un collar que rodeaba su cuello con una cinta negra y el cabello cepillado y suelto sobre su espalda. En su bolso metió los condones, lubricante, un spray que le relajaba la mandíbula, el juego de cartas, un paquete de toallas húmedas y uno de clínex. Estaba más que decidida a jugar con dos penes esa noche.
    
    Al bajar vimos a Fernando impaciente en la sala, viendo su celular y la verdad se había arreglado muy bien el muchacho. No tenía camisa de manga larga como yo, pero si su playera polo gris que hacía juego con su pantalón de mezclilla y calzado limpio. Vio a Ana y, sin recato, la chuleó:
    
    - Estás increíblemente sexy, Ana.
    
    - Muchas gracias, ...
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