Los cuernos eran chicos, pero parecían enormes
Fecha: 27/01/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos
... la pareja. Es verdad que te maltraté y de esa manera tus amigas, que antes te difamaron, ahora están unidas de tu lado aunque en contra mía. Prefiero ser hijo de puta y no cornudo”.
—“Puedo quedarme tranquila de que se acabó el sufrimiento?”
Llevé mi mano a su entrepierna acariciando los pelitos que la cubrían.
—“Seguro, ahora quisiera intentar que esta conchita preciosa me perdone la descortesía de la última vez que la visité”.
—“Hacé la prueba, quizá tengas suerte”.
—“Y cómo lo sabré”.
—“Cuando empiece a segregar juguito y vaya a tu encuentro, es seguro que te perdonó”.
—“Entonces voy poner la máxima dulzura, de la soy capaz, en los besos y caricias con la lengua”.
Bajé la sábana que nos cubría y subí su camisón hasta la cintura para descender besando, desde el ombligo hasta la mata del pubis, mientras ella mantenía los muslos juntos aunque sin apretar. Puse mi pecho sobre ellos con los brazos a los costados para, con los labios, husmear entre los vellos tratando que dejar libre el comienzo de la hendidura. Ese trabajo, delicioso por cierto, quedó finamente terminado después de mojar con abundante saliva y peinar estilo raya al medio. Después de acicalar bien la pilosidad, manteniendo la presión sobre el muslo con el antebrazo, puse el pulgar en la unión de los labios estirando la piel hacia arriba, haciendo emerger el clítoris.
Chupar el botoncito como si fuera un pezón fue una tarea muy corta pues su cuerpo en seguida se tensó y, apoyado en ...
... hombros y pies, formó un arco corriéndose y gritando su placer. No le di mucho tiempo de descanso cuando cayó hiperventilando y laxa. Era buen momento para recordarle que su marido tenía capacidad suficiente para hacerla gozar hasta la extenuación. Llevando la planta de sus pies a mis hombros, de manera que la entrada a la vagina se abriera sola, fue lo previo a penetrarla de un solo envión, y en cortos y secos golpes de cintura llevarla a su segundo orgasmo. Así empezamos una nueva etapa, seguramente mejor que la anterior.
La cena de empresa con que se solía cerrar el año, antes del período de vacaciones, fue el momento elegido para dar el toque final a esos meses atroces y dar comienzo pleno a la recuperación del vínculo amoroso.
La invitación era para matrimonios, lo que suponía una asistencia de casi cien personas distribuidas en mesas de ocho comensales. Buscando en la lista nuestra ubicación, vi con alegría que Rogelio no estaba en la nuestra y sí mi amiga con su esposo, lo cual predisponía a un momento agradable. Finalizado el servicio de comidas, antes de dar paso a la música e invitación a bailar, hubo unas palabras del gerente ofreciendo la comida. Mientras él hablaba me acerqué disimuladamente para agarrar el micrófono apenas lo dejara libre.
—“Disculpen el atrevimiento, no los distraeré más de dos minutos. Hará algo de cuatro meses un empleado de esta empresa, que ya se había insinuado antes a mi señora, le mintió acerca de una supuesta infidelidad mía. Con ...