1. No esperes más


    Fecha: 02/02/2025, Categorías: Transexuales Autor: Liver96, Fuente: CuentoRelatos

    ... Sheela, a consciencia y pacientemente fue hundiendo cada vez más su rabo, deteniéndose o sacando un poco a la mínima señal de quejas de Perry. Llegando a la base de su miembro, el grosor amenazaba con evitar la completa posesión de su pervertido vecino, sin embargo metiendo y sacando parte de su polla, Sheela preparó al chico para lo que venía.
    
    “Necesito que estés bien relajado, o te va a doler…” volvió a recordarle.
    
    Sin darle tiempo a contestar, Sheela terminó de clavar su enorme tranca en su culo. Perry abrió los ojos de par en par al sentirse completamente invadido de polla negra, su esfínter estirándose al máximo y la pelvis de su vecina chocando contra su trasero. Ella permaneció inmóvil, ayudando a dilatar todo lo posible y provocando nuevas sensaciones en el muchacho que nada tenían que ver con el dolor inicial de su desfloramiento.
    
    “Joder… como nos vamos a divertir. Te dejare el culo como un túnel…” aseguró Sheela.
    
    Perry gimió y se movió un poco, intentado zafarse inútilmente pero su vecina, sujetando bien sus piernas en el aire, empezó a mover lentamente su pollon. Se la sacó casi toda para enterrársela con la misma parsimonia, hasta los cojones. Su propia pinga se sacudió apenas y adquirió tamaño y grosor, para satisfacción de Sheela, que siguió empujando y sacando su miembro con movimientos rítmicos y circulares a medida que aumentaba la velocidad de su estocada.
    
    “Oh joder, buff… ah…” jadeó Perry aferrándose a la sábana.
    
    “Si, eso es bebé. Esto ...
    ... es lo que querías, ser follado por una polla de verdad…” le dijo Sheela clavando su rabo hasta el fondo, sacándola a la mitad y con la misma fuerza se la dejaba ir bien adentro, estirando y conquistando todo su ser.
    
    El corazón del chico latía desbocado de deseo. Miraba a esa diosa negra ante él, desnuda y en todo su esplendor, mientras le abría el ojete con su enorme herramienta. Arqueado su cuello hacía atrás, Perry dejó escapar un largo y agudo gemido de puro éxtasis en tanto sentía sus entrañas arder, su esfínter vencido pero estrechándose alrededor de la polla de Sheela, como no queriéndola lejos y la voluptuosa mujer ya bombeaba su retaguardia con fuerza y embates cortos; sus grandes y cargados huevos chocaban ruidosamente contra sus nalgas en un ciclo sinfín en el que sus gemidos, los jadeos de ella y sus poderosas embestidas era lo único que existía en la habitación, perfumada con su lujuria.
    
    “Más duro… más duro… follame duro…!” Perry rogó a su hermosa vecina, que sonrió y metiéndosela completa, apoyó una de sus potentes piernas sobre la cama, le hizo encorvarse hacía arriba para levantar su culo, colocando una de sus piernas sobre su hombro y reanudó el coito.
    
    Ella subía y bajaba con intensidad. Sus testículos se estrellaban duramente contra su trasero, de su polla medio morcillona caían gotas de precum que terminaban en su abdomen. Perry se sobreexcitó al tenerla cerca de él, adoraba los gestos de placer que hacía mientras le daba con todo, su cabello se ...