1. No esperes más


    Fecha: 02/02/2025, Categorías: Transexuales Autor: Liver96, Fuente: CuentoRelatos

    ... agitaba constantemente con su vaivén incesante y el chico gemía y pedía más de su polla.
    
    “Si… oh si joder… eres mío perra!” chilló con voz jadeante Sheela, que hacía movimientos de rotación para enviar mayores oleadas de placer a Perry, que no cabía en sí por la intrusión anal y el enorme éxtasis que le estaba brindando.
    
    Hundiéndosela hasta el estómago, Sheela le dio un largo y húmedo beso a Perry que le quitó el poco aliento que tenía. Ambos jadearon al unísono sin dejar de mirarse, ella le guiñó el ojo y sin sacársela, lo levantó de la cama y ella se dejó caer de espaldas con un ligero crujido que le hizo dejar escapar una risita.
    
    Encima de ella y aun enculado, Perry se puso a comerle las tetas como un poseso. Las chupaba, lamía y mordía sin ningún reparo, arrancándole gemidos de placer a Sheela, que acariciaba su cabello y le instaba a gozar de su cuerpo. El muchacho tiró de los aros en sus pezones, succionaba una teta como un bebé que anhelaba su leche y masajeaba la otra con su mano. Finalmente ella posó sus manos sobre sus nalgas y las estrujó con fuerza, asestando varias nalgadas que resonaron en el silencio y le dejaron sus glúteos al rojo y ardiendo.
    
    Sheela comenzó a moverse nuevamente a un ritmo frenético. Su polla entraba y salía sin parar, sus huevos subían y bajaban con impunidad, golpeando su retaguardia y los gemidos de Perry se transformaron en gritos de placer ...
    ... que con seguridad eran escuchados por los vecinos… y quien podía decir si sus padres no los habían escuchado. Pero ya nada importaba, lo que había fantaseado durante tanto tiempo era ya una realidad y se entregó por completo a los sensuales y carnosos labios de su vecina, en un beso salvaje y frenético en tanto ella seguía penetrándolo sin pausa.
    
    Aquello se prolongó por muchos minutos, sus cuerpos abrazados estaban cubiertos de sudor. Sheela comenzó a gruñir y a convulsionarse, su orgasmo se acercaba y Perry ansiaba cada gota de su leche, la cual había ordeñado con su culo y ahora era el momento de obtener el premio mayor.
    
    “Por favor… córrete en mi culo… dame toda tu leche!!” pidió Perry a su viril y hermosa amante.
    
    “Te voy a llenar con mi leche, te haré mi perra!” gimió Sheela.
    
    Abrazando su cintura, la mujer clavó su polla hasta el fondo, mientras sus testículos se tensaban e hinchaban, para descargar chorros y más chorros de lefa caliente y espesa. Al mismo tiempo, Perry no pudo seguir conteniéndose con grandes gemidos, descargó su propia corrida entre sus cuerpos en tanto su culo era llenado hasta el tope de semen. Cuando su orgasmo disminuyó, Perry cerró los ojos y suspiró apoyando la cara en una de los senos de Sheela, que puso su mano sobre su cabeza esbozando una sonrisa pícara.
    
    “Nada mal para un mirón pervertido…” comentó ella en voz baja y le propinó otra nalgada. 
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