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La hija de la masajista
Fecha: 08/02/2025, Categorías: Confesiones Autor: Palaner, Fuente: CuentoRelatos
... perineo. Abrí más mis piernas. Ella comenzó a deslizar sus tetas hacia abajo hacia mis glúteos… luego sentí su cuello en medio de mis glúteos y por último su lengua y labios deslizarse por en medio. Hasta sentir su lengua besar mi culo. Mientras sus dedos masajeaban mi perineo. Y su mano mis bolas y mi pene. Con su otra mano tiraba de mi cabello corto hacia atrás… Al parecer Sara había viajado a Mallorca para desarrollar maestría en este masaje que nunca antes me había dado. Ahora entendía por qué se podía dar el lujo de ese lugar que rentaba… Para ese momento, sentí cómo me comenzaba a lamer la polla y me tuve que levantar para que ella pudiera mamar cómodamente. Me encantaba lo que estaba haciendo. Y entonces puse mi mano por detrás de mi espalda para tirar de su cabello y presionarla hacia mi culo… Era una sensación única… Me volteé y sentí almohadas acomodarse en mi espalda. Ella las movió con sus brazos mientras me seguía lamiendo la entrepierna para volverse a meter mi verga en su boca. La mamada mas rica que jamás me había dado Sara. En eso abrí los ojos y yo sólo podía ver su melena rubia. Con mis manos comencé a deshacer su trenza, para poder zambullir mis manos entre esos cabellos revueltos. Ella no me dijo nada, solo gimió y berreó, tanto que pude sentir las vibraciones de su garganta en mi glande. El espectáculo dejaba ver a una hembra con su tatuaje japonés en su espalda, empinada con el culo desnudo ...
... apuntando hacia el sol. De repente, el sol se nubló de mi vista y pude ver una sombra… Era Colibrí que todo el tiempo estuvo en la habitación y no me había dado cuenta. No sabía si ella era parte del ritual… o sólo se había quedado ahí para ver. Colibrí tenía su mano metida en el bóxer para masturbarse… Pude notar en la boca de Colibrí estaba un saco de masajes que estaba mordiendo. Esos saquitos que están llenos de hierbas relajantes… Asumo que lo hizo para no hacer ruidos… Luego se levantó la blusa y pude ver los pezones más pequeños en una piba de 21 que nunca había visto antes. Eran rosas y totalmente redondeados. Sus senos eran más pequeños que los de Sara, pero con mucho mejor forma. Entonces me estremecí… Una de las manos de Sara se dirigió a un costado… Y comencé a escuchar una campana que era agradable al oído. En eso Colibrí, abrió los ojos sorprendida y suavemente y descalza, se deslizó hacia atrás para desaparecer entre unas cortinas, sin hacer ningún ruido. Como si ya tuviera estudiado ese movimiento… Sara siguió sonando la campana… Momentos después, escuché como por fuera de la habitación tocaban la puerta. Sara dejó de mamar. Me comenzó a besar el vientre. La puerta siguió sonando… Sonrió y se fue a la puerta…. Y cuando la abrió, sólo se vio una charola con dos vasos de té deslizarse hacia dentro. Por el brazalete, noté que era Colibrí llevándonos té. Esta vez, no olía a jazmín. La campana, era un ...