1. Enseñando a mi sumiso a comer pollas


    Fecha: 10/02/2025, Categorías: Dominación / BDSM Autor: DominAma, Fuente: CuentoRelatos

    ... quitaste los vaqueros pensabas que jugaría contigo. Lo sé por la cara que se te quedó cuando te di los segundos leggings que había cogido para ti. No entendías nada, hasta que te dije:
    
    “Pruebatelos, bonita. Quiero ver qué tal te sientan, y así podemos vestirnos igual. ¿No te hace ilusión, puta?”.
    
    Con la cara que se te pone cuando algo te da vergüenza, y una erección todavía mayor, me contestaste que claro que te hacía ilusión, y te los probaste para mí. Después de algo de trabajo, conseguiste cerrarlos. Te quedaban muy apretados, y todavía se marcaba más la erección de tu ridícula polla bajo el látex negro y brillante… pero me encantaba lo zorra que te hacían. Aún más de lo zorra que eres, ya que el hábito no hace al monje. Casi nunca. Porque tengo la suerte de tener a la más puta. Por dentro y por fuera.
    
    Muy contenta de comprobar lo bien que nos quedaban los leggings a los dos, pagamos y nos fuimos para casa. Ya lo tenía todo pensado y estaba feliz, así que nos fuimos directos al salón, encendimos la chimenea y nos tomamos un café en el sofá mientras charlábamos de lo divino y de lo humano.
    
    Al rato pusimos música y nos sentamos cómodamente a leer. Yo en el sofá y tú a mis pies, con la espalda apoyada en el sofá, y mis pies jugando con tu cabeza y con tus hombros. Después de un buen rato me di cuenta que no podía concentrarme en leer. Estaba muy excitada pensando en aquella noche de viernes, así que cogí el teléfono y abrí Skype. Allí estaba Mario. Un juguete al ...
    ... que me había follado el verano pasado en nuestras vacaciones en Málaga, y que casualmente me había contactado tres o cuatro días atras para decirme que pasaría ese fin de semana en Madrid. Lo que tú no sabías, es que Marío sería nuestro invitado durante el fin de semana.
    
    Hablé un rato con él para asegurarme que el plan que había trazado hace algunos días seguía adelante. Mario me contestó que por supuesto contara con él, y que estaría a las 20:30 en el portón de casa. Le di instrucciones precisas de cómo quería que fuera el encuentro. Quería sorprenderte y comprobar tu reacción, así que le pedí a Mario que recogiera la llave de casa que dejaría para él en la cafetería que está a escasos cuarenta metros de casa y le indiqué que entrara por la puerta de la cocina a las 20:30 en punto. Le pedí que atravesara la casa, se desnudara y se sentara en el sofá del salón. Después de confirmar que lo había entendido todo y que estaba de acuerdo con el plan, solté el teléfono y entonces descubrí que me estabas mirando.
    
    Me conoces muy bien, y notaste perfectamente mi cara de ilusión y de excitación, pero conseguí “engañarte” (una de esas mentirijillas piadosas) diciéndote que te estaba preparando una sorpresa para dentro de unos fines de semana, y que estaba hablando con Javier (otro de nuestros juguetes estables)… pero que aún no podía decirte nada. Me miraste con ojos de cordero degollado y buscaste mis pies con tu boca. Me dejé hacer. Adoro cómo lames mis pies. Cómo te entregas a ...
«1234...7»