1. El estímulo auditivo de su compañera de piso


    Fecha: 12/02/2025, Categorías: Lesbianas Autor: MathewDream, Fuente: CuentoRelatos

    ... contracciones musculares, los ojos en blanco, y movimientos involuntarios de su cuerpo, que se retorcía entre sábanas, ropa que le llevaba sobrando todo el día y el maldito cable de los auriculares.
    
    Un orgasmo que debió escucharse en todo el vecindario.
    
    Las piernas le temblaban y el corazón latía como si quisiera escaparse de su pecho.
    
    Respiró hondo para tratar de recuperar el aliento y se fue relajando, frenando de inmediato la estimulación de su órgano hinchado y ahora demasiado sensible para ser molestado, pero sin sacar sus dedos de su interior del todo. Hasta que cuando por fin los retiró de su sexo se quedó mirando como habían quedado impregnados de su increíble y húmeda explosión de placer.
    
    Pasaron unos segundos más…
    
    Tras limpiarse, se colocó el pelo, se quitó los auriculares, se puso su pijama corto de verano gris con dibujos de Mickey Mouse y escondió de nuevo su preciado tesoro en el baúl al fondo del armario.
    
    Luego se dirigió al salón, feliz, con una amplia sonrisa, caminando descalza por el parqué, para disfrutar de la sensación de libertad y subidón que le había proporcionado llegar al éxtasis con el extremadamente erótico estímulo de la voz que más deseaba en ese mundo…
    
    Y se encontró a Ana sentada en el sofá con cara de circunstancias, dejándola helada. Deseando que en ese momento un fulminante rayo le hiciera desaparecer para siempre de la superficie terrestre.
    
    – Me han cancelado los planes… – Dijo la pelirroja acompañándolo de una ...
    ... mueca de inocencia.
    
    La rubia solo pudo taparse la cara con las manos y sentir tanta vergüenza que sus ojos se tornaron vidriosos.
    
    Por sorpresa, sin embargo, su compañera se acercó y la consoló, calmándola lo mejor que supo, con un abrazo y diciéndole que era algo natural, algo que todo el mundo hacía y que no pasaba nada.
    
    Pero lo que le voló la cabeza a Lorena fue la broma que vino supuestamente para templar los ánimos.
    
    – Joder, tía, vaya forma de correrte. Tiene que dar gusto comerte el coño. Qué pena que no te gusten las chicas.
    
    Y ante la bofetada que le vino, los ojos de Lorena se abrieron como platos y trató de articular palabra durante unos instantes, sin que el movimiento de sus labios consiguiera el aire suficiente en sus cuerdas vocales para poder emitir palabra alguna…
    
    Ana ya se daba la vuelta para volver a hacerse un ovillo en el sofá y ponerse a ver alguna serie.
    
    Y su admiradora consiguió dar la respuesta que quería.
    
    – Si que me gustan, sobre todo tu. – Dijo finalmente con lo que consistió casi en un susurro inaudible.
    
    Con la garganta tan seca y enmudecida por los nervios no acertó a la hora de proyectar la voz y que esta alcanzara su objetivo.
    
    No la escuchó.
    
    Nunca más podría volver a hacer esa confesión y esa única maldita vez, aquella persona por la que sentía una profunda devoción no pudo oírla.
    
    Irónicamente para Lorena, aquella tarde, la voz de una Ana falsa le dio uno de los mejores orgasmos que había experimentado en solitario, ...
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