1. El proctólogo


    Fecha: 31/10/2018, Categorías: Transexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... interesó:
    
    – ¿Ha conseguido secar los juguetes de sus hijos?
    
    – No, pero tampoco tiene mucha importancia. ¿Sabes? Yo mantengo una relación estrictamente profesional con mi familia: me la paso por el culo.
    
    Marcela sonrió, más para disimular su desconcierto por la salida de tono que porque la frase le hubiese hecho la más mínima gracia. No entendía el despego del Doctor Sigüenza con respecto a su familia. Aquello no le parecía normal.
    
    Al llegar al hotel, nadie les importunó ni les hizo ninguna pregunta. El recepcionista del "Enano Nicanor" les dio la llave con tan solo un "Buenas noches" como único comentario.
    
    Una vez en la habitación, el Eulogio se dirigió a Marcela:
    
    – Esta noche te tengo que pedir un favor…
    
    Marcela, que a estas alturas de su vida ya estaba curada de espantos, se preparó para escuchar la petición:
    
    – Necesitaría estudiar tu ano con detenimiento
    
    – Doctor Sigüenza….
    
    – Llámame Eulogio, por favor, ahora no estamos estrictamente en una consulta médica, ¿qué es lo que te sorprende?
    
    – Más o menos el cincuenta por ciento de mi clientela en un momento u otro de nuestra relación comercial se dedica a un estudio profundo, aunque, todo hay que decirlo, gozoso de mi culo. Forma parte de nuestro acuerdo. Del que, por cierto, aún no hemos concretado el estipendio.
    
    – Naturalmente, naturalmente…
    
    – Cobro cinco mil pesetas por un servicio de media hora, con o sin penetración. Una hora será el doble, es decir, diez mil, y si me quedo toda la ...
    ... noche, dada la hora que es, le costará treinta mil.
    
    – ¿Treinta mil…? Me parece perfecto. Te quedarás aquí hasta mañana… veremos que podemos hacer para entretenernos.
    
    El travestido se quedó mirando fijamente a Eulogio, meditando algo durante unos segundos y finalmente espetó:
    
    – Doctor, si me permite decírselo, en confianza, usted tiene una vocación verdaderamente pestilente.
    
    – Es posible Marcela, pero en mi experiencia profesional no he encontrado ningún culo más apestoso que algunos negocios… Por ejemplo, una vez la familia Zaplana me propuso un negocio inmobiliario en la costa de Valencia que… Pero, bueno, eso no tiene importancia ahora, tienes razón, es una mierda de profesión –contestó el médico con una sonrisa.
    
    Marcela se deshizo del abrigo, se arrodilló sobre la cama y puso el culo en pompa.
    
    – ¿Esta posición es la adecuada para sus exploraciones? –preguntó
    
    El doctor Sigüenza tardó largos segundos en responder. Sentía la garganta tan seca como si estuviese hecha de madera de pino y su cerebro no era capaz de concentrarse lo suficiente para crear las palabras. La imagen de aquellas ancas elásticas, musculadas, rotundas, esféricas, pulidas y brillantes había colmado toda su capacidad de raciocinio. Embelesado, solo podía admirar con la boca abierta el milagro que sus ojos no podían dejar de contemplar. El hilo posterior del tanga se perdía entre los dos globos, hundiéndose como un río en un profundo y umbrío cañón entre montañas para reaparecer triunfante ...
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