-
Mereces un castigo
Fecha: 26/02/2025, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... Ella parecía pensar como preguntar sin provocar mi ira—. Contesta. —Perdona, amo. Tengo miedo de que hagas algo que pueda volverse contra ti. Don Antonio es una persona muy poderosa. —debo reconocer que en ese momento su preocupación me conmovió. —No te preocupes. Por poderoso que pueda ser siempre hay alguien con más poder. Cuanto más altos, mas dura es la caída. Anda ve a descansar. —Gracias, amo —dijo como despedida. —Y levántate del suelo, anda. O acabarás sin rodillas —decidí que andar todo el día de rodillas no sería bueno. La obligaría a humillarse ante mi de vez en cuando, pero no todo el rato. Ella pareció agradecerlo con una sonrisa. Yo había vuelto mi atención a los móviles. No tardó en responder el tal Don Antonio. —Que quieres? —Un trato justo. Tú te has tirado a mi mujer. Yo me tiraré a la tuya. Y ese móvil. —Para que quieres mi móvil? —por lo visto lo que menos le importaba era que pretendiese tirarme a su mujer. Eso era interesante. —Para deshacerme de las fotos. No temas que no quiero ningún dato tuyo. Puedes borrar tus contactos y mensajes. Pero quiero el móvil. —Y en caso contrario? —Será tu mujer la que reciba las fotos. Las mías son mejores. —Pretendes que le diga a mi mujer que se acueste contigo sin más? —Hazlo como quieras. Tú verás. Pero tienes tres días. Cuando lo hagas avísame. Apagué el móvil. Como sospechaba le envió un par de mensajes a Bea, pero también lo apagué sin hacer caso y me fui a dormir una ...
... siesta. Bea estaba tirada sobre una manta a los pies de la cama. Pasé por su lado ignorándola. Me desnudé y me eché sobre la cama con una manta ligera sobre el cuerpo. —Quiero que me despiertes a las … —consulté el despertador—. Las cinco. Con una buena mamada. ¿Está claro? —Sí, amo —respondió desde el suelo. No tardé en quedarme dormido. Fue un sueño reparador y tal como esperaba, a las cinco sentí una boca envolver mi polla. Bea estaba arrodillada a mi lado poniendo todo su interés en complacerme. Envolvía mi polla con su lengua intentando que despertase. No tardó en lograrlo. Yo acerqué una mano a su lampiño coño. Cuando sintió mi mano se detuvo. —Nadie te ha mandado parar. Chupa, puta. —Perdón Amo. Creí… —Encima respondona —reí. Le di una sonora palmada en el culo—. Calla y chupa. Ella gimió de dolor y volvió a chupar. Yo metí un par de dedos en su coño. Como sospechaba comenzaba a humedecerse. Localicé su clítoris y lo agarré con los dedos y tiré de golpe. Bea soltó un alarido dejando de chupar. La obligué empujando su cabeza de nuevo contra mi miembro. —Que chupes te digo —rugí en voz baja mientras le daba una nueva palmada en las nalgas. Ella volvió a introducirse obediente mi rabo en la boca pero su cuerpo se retorcía cada vez que castigaba su clítoris. Estaba chorreando jugos. La muy puta se lo pasaba de miedo. Empujé su cabeza hasta que sentí como mi polla tropezaba al final de la boca provocándole una arcada, pero no protestó. Intentó ...