Humillando a mi sumiso con una manada
Fecha: 13/03/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: DominAma, Fuente: CuentoRelatos
... que te quedes simplemente con los zapatos de tacón y que te pongas de rodillas en el suelo. Estos machotes van a pajearse mientras yo me follo a este guaperas bien pegadita a ti. Y tú, zorra… tú vas a abrir la boca y vas a tragarte toda su leche. Les he pedido que, en la medida de lo posible se corran a la vez sobre ti, pero claro… alguno acaba de correrse y a lo mejor le cuesta un poquito más. Lo que quiero que te quede claro es que no vas a moverte hasta que el último de ellos se corra en tu boquita… sin sacar esos dos condones que llevas”
Varios de ellos sonrieron y comenzaron a masturbarse. Yo me quité la ropa y a cuatro patas me dirigí hacia el centro del salón. Tú no habías perdido el tiempo y te habías acercado al que -desde el primer minuto- sentí que era tu favorito. Te diste cuenta que te estaba mirando y me dijiste:
“Me muero de ganas de follarme a este machote, mi amor. Si me folla bien, voy a contar con él con cierta frecuencia. Entenderás que no hay punto de comparación entre tu mini pollita y esto, ¿verdad?”
Y agarrando su polla, comenzaste a chupársela. Era enorme, y no pude evitar comparar la situación con la escena cuando me comías la polla en casa. Mi pollita cabía entera en tu boca… y con este hombre, apenas llegabas a meterte un tercio dentro. Además era dos o tres veces más gruesa. Asumiendo la situación, te contesté:
“Disfruta mucho, mi amor. Si lo hace bien le invitaremos siempre que quieras, preciosa”
Sonreíste y me dijiste, “eres ...
... perfecta” con su polla entrando y saliendo de tu boca.
Entre tanto, sentía que los otros cuatro hombres se acercaban a mí agitando sus pollas. Quería verte follar, pero ellos me rodeaban, quedándose apenas a medio metro de mí. Sentía sus pollas a centímetros de mi boca. Alguno me agarró de la cabeza para acercarme a su polla, pero debiste darte cuenta y dijiste:
“Nadie toca a mi puta. Podéis correros en su cara, pero nadie va a tocarlo. No quiero repetirlo”.
Y, escuchando algunos quejidos del tipo que quiso que le chupara la polla, escuché un gemido en el sofá. Pude intuir que estabas tumbada boca arriba y que el guaperas te estaba comiendo el coño, pues vi que estaba de rodillas en la alfombra, pegado al sofá. Pero apenas pude ver nada más, porque el idiota que se había corrido primero se corrió en mi cara, llenando mis ojos con su leche. Tú me habías dicho muchas veces que cuando alguien se corriera en mi cara, tenía prohibido retirarme la leche. Te gustaba que me sintiera como una zorra, llena de leche, así que simplemente cerré los ojos mientras escuchaba cómo los demás sacudían sus pollas, sus gemidos eran cada vez más intensos y sus respiraciones más agitadas. Entonces noté una polla en mis labios e instintivamente abrí la boca y me la llenaron de leche. Te escuchaba gemir y no tardé mucho en sentir otro de tus intensos orgasmos. Pero no podía concentrarme en tu placer, porque volví a sentir leche en mi pelo, en mis ojos y en mi boca. No estaba seguro si quedaba uno ...