1. Humillando a mi sumiso con una manada


    Fecha: 13/03/2025, Categorías: Dominación / BDSM Autor: DominAma, Fuente: CuentoRelatos

    ... más o ya estaba, pero entonces, uno de ellos me sacó de la duda:
    
    “No vayas a moverte hasta que termine, como te ha ordenado tu Ama”.
    
    Vale, ahora era evidente. Quedaba uno por correrse sobre mí. Noté cómo los demás se retiraban y comentaban algo entre ellos, y pude escuchar mucho mejor tus gemidos. El ansia por verte follando hizo que abriera los ojos, y la leche que tenía en mis ojos hizo que me picaran muchísimo y que -instintivamente- la retirara con la mano. Al hacerlo conseguí abrir los ojos y verte a cuatro patas en el sofá, mientras el guaperas bombeaba con fuerza y con muchísima velocidad. Pude escucharte perfectamente decirle:
    
    “Ohhh… siii. No pares, no pares. Joooder… me corrooo”
    
    Y como si de una orquesta perfectamente sincronizada se tratara, el último hombre se corrió en mi cara mientras emitía unos sonidos guturales de puro placer. Cuando terminó frotó su polla contra mi mejilla y se dio la vuelta, dirigiéndose hacia la cocina, donde los otros cuatro estaban charlando y bebiendo algo.
    
    Yo me quedé como estaba. De rodillas, con mi cara llena de semen de cuatro extraños a los que, después de habértelos follado de uno en uno y varias veces, se habían corrido sobre mí casi a la vez. Me sentía humillado. Tenía ganas de llorar. No sabía dónde meterme, y además escuchaba el sonido rítmico de las pelotas del guaperas impactar sobre tu culo mientras seguía follándote y te provocaba un orgasmo tras otro. Perdí la noción del tiempo que llevabais follando, ...
    ... pero el tipo seguía bombeando con fuerza a pesar de todo. Después de todo -pensé- me gustaba que disfrutaras, aunque fuera otro quién te diera un placer que yo, sentía que no podía darte de la misma forma.
    
    No me atrevía a moverme, y no me moví de allí. Me tumbé en el suelo en posición fetal y cerré los ojos. Seguí escuchando tus gemidos rítmicos, mientras su polla entraba y salía de ti como si se tratara de un robot. Volviste a correrte una vez más y le dijiste:
    
    “Acércate a mi puta y fóllatelo. Córrete follando su culo. Ahora”.
    
    Él te miró sin entender nada. No parecía querer, pero mirándole le dijiste que si quería volver a follarte, tendría que follarme a mí. Me miraste y me dijiste:
    
    “Ven aquí, zorra. A cuatro en el sofá. Ofrécete a mi nuevo amigo”
    
    Sin dudar un segundo, y a cuatro patas, me dirigí hasta el sofá y asomando el culo apoyé la cabeza y me abrí el culo con las dos manos. Enseguida sentí una polla abrirse camino dentro de mí. Pensé que iba a romperme en dos y balbuceé:
    
    “Por favor, por favor… despacio. Duele”
    
    Pero tú no parecías de acuerdo y corregiste:
    
    “Fóllatelo fuerte. Tienes dos minutos para correrte en su culo. Rompe ese culo que me pertenece con esa polla que voy a usar tan a menudo. Vamos, guaperas… obedece y tendrás la recompensa que esperas”.
    
    Cerré los ojos y sentí sus embestidas en mi culo. Me estaba rompiendo por dentro y las lágrimas comenzaron a abandonar las cuencas de mis ojos y a deslizarse por mi mejilla, mezclándose con el ...