1. Humillando a mi sumiso con una manada


    Fecha: 13/03/2025, Categorías: Dominación / BDSM Autor: DominAma, Fuente: CuentoRelatos

    ... semen que todavía tenía. Me sentía una puta. Me sentía tu puta. Me sentía lo que era: La puta de Laila. Lloré en silencio mientras tu amigo seguía follándome, y entonces sentí que te acercabas a mí y pasando tu mano sobre mi cabeza, dijiste:
    
    “Buena perra. Estoy muy orgullosa de ti, mi amor”
    
    Y mirando a tu amigo, le dijiste:
    
    “Ahora. Quiero que te corras ahora”
    
    Y como si un automatismo se hubiera activado en su cabeza, se corrió dentro de mi culo de una forma salvaje. Apretó mis caderas contra su polla mientras su pecho se apoyó en mi espalda. Sentía su sudor. Sentía mi cara llena de leche y lágrimas, y para rematarlo todo, escuché las risas de los otros cuatro que, ya vestidos, observaban la imagen a escasos metros de donde estábamos nosotros tres.
    
    Vi que te acercaste a su lado y les dabas las gracias. Ellos bromeaban, diciéndote que eran ellos los que te daban las gracias, y que habían sido tres horas muy divertidas y de una forma u otra, todos se ofrecieron a repetir contigo cuando quisieran. Igual que cada hombre que te follas desde que nos conocemos, todos querían repetir… pero ...
    ... sabía que eso no iba a ocurrir con ninguno de ellos cuatro.
    
    Sentí la puerta del apartamento cerrarse justo en el momento en el que el guaperas salía de mi. Me hice una bola en el sofá y metí la cabeza entre mis manos. Quería desaparecer de allí. Me habías llevado al límite. Al límite de los límites, y sentía que no podía más. Que no tenía fuerzas. Me quedé dormido. No sé cuánto tiempo estuve en el sofá hecho una bola. No me enteré de que habías despedido al guaperas, y habías intercambiado vuestros teléfonos para volver a veros. Para volver a vernos.
    
    Un rato después sentí tu mano en mi pelo. Me estabas besando y me dijiste:
    
    “Ven mi amor. Acabo de preparar un baño. Nos bañamos y nos vamos a casa, vale preciosa? Estoy orgullosa de ti. Me haces muy feliz. Adoro ver lo zorra que eres, Pedro.
    
    Asentí y sonreí, pero sentía un agujero por dentro. Tenía ganas de que pasara el tiempo y que tus besos y caricias volvieran a recomponerme. Me habías llevado muy abajo y te habías encargado de romperme en mil pedacitos… para después volver a hacerme crecer más fuerte, más seguro, más puta… más tuyo. 
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