1. El nuevo curso (IV)


    Fecha: 17/03/2025, Categorías: Gays Autor: ShatteredGlassW, Fuente: CuentoRelatos

    ... más que consiguió poner la carne de gallina a Damián. No parecía enfadado, pero ninguno de los dos jóvenes pillados in fraganti se había atrevido a abrir la boca, en espera de que el dueño de la cama en la que habían estado a punto de acostarse se pronunciase. A Damián le bastaba con recordar aquel momento para que el pulso se le acelerase de nuevo, retumbando en su garganta y en sus oídos, martilleando en su pecho con un galope desbocado. Mateo se había inclinado, había recogido la ropa de César del suelo y se la había lanzado al chico, que se vistió a toda prisa procurando mantener sus genitales cubiertos.
    
    No le había hecho falta pronunciar una sola palabra para despachar al joven. Su ligue le había abandonado de inmediato, dejándole solo con el marrón de tener que explicarse ante el hombre que se mantenía de pie de brazos cruzados frente a la cama. Habían escuchado como bajaba las escaleras de dos en dos y el portazo que dio al salir precipitadamente de la casa. Se excusaría por ello al día siguiente, cuando ya fuese tarde para que Damián considerase perdonarle, pero en ese momento la sensación de traición, soledad y vergüenza se impuso a todas las demás.
    
    Damián recordaba con toda claridad que se había atrevido a mirar a Mateo a los ojos tan solo un instante, antes de que la vergüenza pudiese con él y acabase por desviar la mirada hacia abajo. A partir de ese punto sus recuerdos eran tan nítidos que casi le parecía haberlo vivido ayer mismo en lugar de hacía poco ...
    ... más de dos años. Apretando más las sábanas en los puños se tumbó boca arriba, manteniendo los ojos cerrados con toda la fuerza de la que era capaz e inspirando hondo por la nariz para soltar el aire por la boca después, intentando que el dolor que sentía siempre que evocaba como habían empezado no le ahogase.
    
    –Venía a deciros que los padres de César preguntaban por él. Mañana tienen que coger un avión y dicen que no pueden perder más tiempo –el tono de Mateo era tan sosegado que Damián se vio incapaz de extraer ninguna conclusión escuchándole.
    
    –Gracias –musitó avergonzado, deseando que se fuese para poder retirar la manta con la que ocultaba su erección.
    
    –¿Sabes? No me molesta que uses mi cama para los revolcones con tu novio, pero sólo si me invitas a ellos. Al menos ahora que ya puedes hacerlo.
    
    Los ojos de Damián casi se habían salido de sus órbitas ante esas palabras. La risa sardónica de Mateo reverberó en el dormitorio mientras este se acercaba más a la cama. El joven había tirado más aún de la manta, cubriéndose hasta el pecho. La confusión predominaba en su cabeza, conviviendo con el temor a estar malinterpretando por completo la situación. El arquitecto se había dejado caer en la cama, al lado de Damián que pudo notar el calor que emanaba del cuerpo del hombre y como su peso hundía el blando colchón.
    
    –¿Eres…? ¿Eres gay también? –consiguió preguntar tras tragar saliva.
    
    –No, no soy gay como tú, si te he entendido bien; también disfruto de la compañía de ...
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