El nuevo curso (IV)
Fecha: 17/03/2025,
Categorías:
Gays
Autor: ShatteredGlassW, Fuente: CuentoRelatos
... correspondido, tan solo podía evocar con amargura. Carecía por completo de cualquier sentimiento que no fuese el de excitación por su cuerpo. Al preguntarse, como tantas otras veces, por qué no lo había visto, la única respuesta que encontró fue que él sí que le quería.
Mateo le había besado con una pericia que le alejaba del resto de ligues que había tenido hasta ese momento. Su hábil lengua recorrió cada rincón de su boca hasta llegar al último recoveco secreto, mientras sus grandes manos tanteaban su piel, blanca incluso en verano. La mano que aferraba su pene había aumentado la velocidad de su movimiento, acariciando, frotando, estimulando y masajeando sin tregua. Palpaba toda su longitud, memorizaba sus formas y los puntos sensibles. Con el pulgar alternaba entre frotar el sensible frenillo y el orificio, por donde ya escapaban gotas de líquido preseminal. Se separó de sus labios y descendió por su cuello, deslizando los labios hasta llegar al pecho.
–Qué guapo eres. No te lo había dicho antes ¿verdad? Muy guapo y muy apetecible.
Incluso sus piropos carecían de afecto, se limitaba a describirle, como quien aprecia un mueble caro o un adorno especialmente costoso. Sus manos grandes le empujaron hasta tumbarle por completo en la cama, descendiendo por su cuerpo, deteniéndose un momento en su cintura estrecha y sus caderas delgadas, antes de proseguir su avance hasta los muslos bien torneados. Le había levantado las piernas todo lo posible, con su boca acercándose ...
... poco a poco hasta su miembro, pero sin llegar a tocarle.
Había sacado un condón de una caja de la mesilla, con el envoltorio de intenso color amarillo canario. A Damián tanta precipitación le había dejado un regusto amargo, pero Mateo parecía tranquilo y confiado, sabía de sobra lo que quería y no dudaba en ir a por ello. Damián recordó como había intentado frenarle, suplicarle que fuese más despacio, que le dejase disfrutar de un sueño que por fin se cumplía. El arquitecto se había limitado a sujetarle la mano y darle un rápido beso en el dorso, un gesto que bastó para derretirle entonces y que ahora le causaba escalofríos al ver lo falso que había resultado.
–¿No podemos ir más despacio? Por favor… llevo mucho tiempo esperando esto –imploró acariciándole el cuello.
–Tranquilo, no te va a doler, ya he visto lo dispuesto que estabas antes con tu amiguito –el tono con el que lo había dicho era ligeramente despectivo, pero Damián lo había atribuido a los celos en ese momento–. Además, tus padres estarán aquí muy pronto, y no queremos que nos pillen así.
Damián había acabado por asentir, abriendo más las piernas y elevándolas en el aire. Ofrecido y entregado se limitó a ver cómo terminaba de desnudarse. Tenía una espesa mata de vello rubio en el pubis, pero su pene destacaba por encima de él. Bastante largo, no alcanzaba el tamaño del suyo, pero la ligera curvatura hacia arriba le hacía resaltar sin esfuerzo. Al ver cómo el joven se le comía con los ojos Mateo sonrió ...