Tu madre, nuestra puta (5)
Fecha: 17/03/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Relatador2022, Fuente: CuentoRelatos
... la mujer le da por llamarlo. Una vez que estemos dentro del despacho te mandaré un wasap con un OK y en ese momento llamas a su casa, así, si ella le llama, ya estará con nosotros y no podrá hablar. Tú, en cuanto las tengas en el coche me mandas otro whatsapp con otro OK, para que sepamos que están en camino, y cuando lleguéis a la torre otro con Estamos”, ¿qué os parece?
"El llevar a la mujer y la hija, será sin duda la parte más delicada, pero, aunque no funcionara, solo con el hecho de que él sepa que hemos hablado con ellas, tendrá el mismo efecto. Sabrá que podemos contarlas todo", dijo Marisa.
"Vale y cuando tengamos el préstamo cancelado, se lo contamos también a ellas", dije yo.
"No, Javier", dijo Marisa, "aunque él se merece eso y más, si podemos evitar hacerlas sufrir a ellas, tanto mejor."
Esta Marisa, después de lo que le han hecho, tiene miramientos, si es que muy grande, pensé yo.
Pasamos el resto de la tarde repasando el plan y recordando la escena de Marisa. Ahora nos reíamos, pero nos acojono a todos, sobre todo a Manuel.
A Marisa se la veía radiante. Sin duda era mucho el peso que se había quitado de encima.
"Chicos", nos dijo cogiéndonos las manos a los tres," cuando solucionemos lo de Dompimpon, tenemos que celebrarlo por todo lo alto. Sin vosotros hubiera estado toda vida condenada a servir a Dompimpon. Muchas gracias, chicos"
Aquello de celebrarlo por todo lo alto había sonado bien, aunque yo particularmente, hubiera deseado que ...
... dijera que su último servicio como prostituta, lo hacía con nosotros y gratis. Pero habría que seguir cascándosela como un mono con sus fotos y videos.
Nos despedimos. Al día siguiente a las nueve quedamos para empezar el “ataque final”. Sin duda, sería un día glorioso para Marisa, pero para nosotros también. Ya teníamos ganas de enfrentarnos cara a cara con el Dompimpon.
Antes de irnos, Pablo me dijo que sacara una copia al ordenador de toda la carpeta de Marisa, por si las moscas, y que también hiciera una copia a algún pincho para tenerlas el también. Menos mal que la informática, trabajaba para nosotros, y podía dejarlo pasando por la noche, pero antes, me metí en la cama con la Tablet, y mi Marisa al lado. Bueno al menos sus fotos y videos. Ni que decir tiene que descargue todas las tensiones del día.
A la mañana siguiente me levante a las 8. Me duche, desayune ligero, y me vestí. A las 8:45, estaba en el portal de Marisa con mi Tablet bajo el brazo. No sé por qué siempre me gustaba esperar.
Pablo llegó al momento.
“¿Qué tal tío?”, me dijo.
“Sinceramente?”, le pregunté.
“Claro”, me dijo él.
“Acojonado. Esto es meterse en la boca del lobo”, le dije.
“Jeje, yo también, pero no transmitamos esa imagen”, dijo Pablo. “Mira ya bajan”
Efectivamente por el portal salían Oscar y Marisa.
Marisa como siempre con su pelo perfecto de peluquería, y ¡Una gabardina!, finita, pero gabardina, bueno más bien tres-cuartos. Dejaba de medio muslo para abajo, y ...