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El nuevo curso (III)
Fecha: 26/03/2025, Categorías: Transexuales Autor: ShatteredGlassW, Fuente: CuentoRelatos
... si no quieres lo entiendo y esta vez respetaré tus límites. La joven volvió a quedarse callada. Mirando la taza de café mientras se mordisqueaba el labio inferior. Carlo dio un par de sorbos a la suya intentando aparentar tranquilidad, aunque sentía el corazón golpeteando frenético contra sus costillas. No podía leer la expresión de la chica y se sentía al límite. Si decía que no quería nada lo aceptaría, aunque la idea le resultaba en extremo desagradable. Si eso es lo que había sentido Enrique por él solo ahora empezaba a comprender lo mal que debía haberlo pasado. –Podemos intentarlo. Si tú quieres. Este sábado hay una fiesta para celebrar el inicio de curso, podemos probar a irnos conociendo mejor y ya veremos el sábado qué es lo que pasa. Aunque debo pedirte que me prometas que, acabemos como acabemos, no dirás a nadie que soy trans. No me avergüenzo de lo que soy, pero no quiero volver a pasar por lo que pasé en casa ¿de acuerdo? –Ti do la mia parola d'onore6. La deslumbrante sonrisa del italiano era tan sincera y contagiosa que la joven se echó a reír al verla. No cabía duda de que le había juzgado mal y con una punzada de remordimiento se prometió enmendar su error. Todavía albergaba ciertas dudas, pero no tenía intención de cometer el mismo error dos veces. Carlo apuró el café y con coquetería extendió su brazo para que la chica se agarrase a él. Pagó ambos cafés y sin molestarse en recoger el cambio volvió al gimnasio con Thalía del brazo. Reconoció a ...
... la misma morena del día anterior y al percatarse de la hora se dio cuenta con horror de que llegaba tardísimo al trabajo. La semana discurrió en una apabullante burbuja de felicidad. Como había intuido Thalía era fascinante. Irónica, aguda, de mente despierta e incisiva sus comentarios resultaban certeros y tenía un humor fresco que casaba a la perfección con el suyo. De evitarle en el gimnasio como si estuviese contagiado de peste pasaron a entrenar juntos. Carlo se mostró más que encantado de enseñarla a manejar las máquinas de fuerza y ella le enseñó varios de los golpes que a diario practicaba con el saco. La mayoría de las veces conversaban sin cesar mientras entrenaban. El italiano le habló de su familia, de lo mucho que le gustaba veranear en Italia, del yate de sus abuelos y de sus amigos, en especial de Enrique, y ella le hablaba a él de que estudiaba periodismo, que quería especializarse como corresponsal internacional y de sus libros y películas favoritas. Por acuerdo tácito evitaban hablar en el gimnasio de cualquier tema referente a su transexualidad, pero en los ratos a solas cuando la acompañaba a su casa después del entrenamiento ella se mostraba abierta y comunicativa. El sábado Carlo no podía parar de emoción. Ni siquiera entrenarse duro en el gimnasio hasta que notó que los músculos le ardían bastó para tranquilizarse. Aunque todavía quedaban varias horas para tener que pasar a recoger a Thalía decidió ir directo a la ducha. Mientras se enjabonaba la ...