1. El nuevo curso (III)


    Fecha: 26/03/2025, Categorías: Transexuales Autor: ShatteredGlassW, Fuente: CuentoRelatos

    ... vecinos cogió la ocasión al vuelo para desaparecer de escena. Necesitaba ir a ocuparse de sus propios asuntos.
    
    Escuchó con perfecta claridad cómo le llamaba Enrique y la nota de pánico en su voz, pero hizo oídos sordos. En su opinión, necesitaba salir un poco de su coraza, aprender que no todos los compañeros de clase eran lobos con piel de cordero y nadie mejor que Damián para que empezase a abrirse y superar el acoso. No le conocía demasiado, pero sabía que era íntegro. Apretando más el paso se dirigió al gimnasio donde pensaba pasar el día y tras un rápido paso por el vestuario para cambiarse a la ropa de deporte se encaminó a las máquinas de pesas, desde donde podía contemplar casi todo el gimnasio a su antojo. Para su decepción, Thalía no apareció.
    
    Día tras día Carlo se sumió en la misma rutina de acudir a clases por las mañanas, al gimnasio por las tardes y a estudiar por la noche. Tan solo la rompía para ir a tomar una cerveza de vez en cuando con Damián, quien le interrogaba acerca de Enrique, con quien las cosas tampoco parecían avanzar demasiado bien. Aunque justificaba a su amigo escudándose en su timidez, empezó a pensar que quizá no estaba interesado en Damián y no sabía cómo decirlo, aunque su actitud decía lo contrario. Para colmo de males, Thalía seguía sin dar señales de vida por el gimnasio, y Damián seguía con su actitud esquiva de siempre.
    
    El lunes de la segunda semana de clases Carlo estaba harto. No sabía si la joven se había marchado por su ...
    ... culpa o si por el contrario había dejado el gimnasio por el inicio de curso, pero sin duda no quería perder más tiempo esperando un milagro que no iba a llegar. Resignado tomó la férrea decisión de rendirse definitivamente. Si la chica no aparecía a la tarde en su trabajo, no se molestaría en intentar volver a hablar con ella, ni siquiera, aunque volviese al día siguiente y se le insinuase.
    
    En cuanto llegó al gimnasio sintió que se le caía el alma a los pies. No veía a Thalía por ninguna parte, y la sala donde solía bailar en solitario estaba llena de chicas que acudían al grupo de zumba de los lunes. Enfadado y frustrado se dirigió al banco de pesas y cargando más peso del que debía empezó a levantarlas, en una serie frenética de repeticiones con la que pretendía quemar toda su rabia. Rechinaba los dientes con cada levantamiento, repitiéndose mentalmente que había hecho una promesa, cuando el ruido de las chicas abandonando la sala le distrajo. Entre el maremágnum de voces distinguió con claridad la suya, tan dulce como la recordaba, pero infinitamente más cálida.
    
    Dejando las pesas en su soporte se quedó sentado en el banco, mirándola fijamente. Estaba igual de guapa que siempre, vestida con unas medias de deporte rosas y grises y un top rosa que ceñía sus maravillosas curvas y realzaban su figura de reloj de arena. Su pelo rubio seguía peinado en su cola de caballo habitual, ahora medio desecha por el ejercicio intenso y charlaba animadamente con una morena algo más baja ...
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