Mis vecinas de al lado
Fecha: 06/04/2025,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... mía! Que monada de perritos. ¿Qué raza son?
Ahí termino mi zozobra, pues al parecer los cachorros le habían encantado y al verla jugar con ellos y la alegría que demostraba me anime a contarle como había sucedido todo aquel día, incluso que me habían invitado a comer una pizza y que los habíamos hecho en nuestro jardín para no dejar solos a los cachorros, pero me guarde mucho de decirle lo que ellas me habían contado y mucho más de las confidencias que yo les había hecho a ellas.
Me escucho sin decir nada, eso sí, no parecía que le importase en absoluto que hubiese estado con las dos jóvenes en nuestro jardín y ella seguía jugando con los perretes. Cuanto terminé y le dije que ellas se habían ofrecido diciéndome que como vecinas y veterinarias estaban a su disposición si necesita alguna cosa, soltó una carcajada y me dijo:
- ¿Pero tú sabes que esas dos preciosidades de vecinas son pareja? Tenías que haberlas visto anoche en su piscina, se estaban dando un lote que no veas. Te diré que me pusieron tan cachonda que acabe masturbándome en la terraza y creo que ellas se dieron cuenta.
- ¿Y porque no viniste a la cama conmigo? – la pregunte extrañado – Si estabas cachonda podríamos haber aprovechado, que últimamente estas bastante fría y distante conmigo.
- Lo siento Juan, - me dijo sonriéndome – pero debes de comprender que estaba alterada por ellas, no por ti. De buena gana me habría unido a la fiesta que ellas tenían. ¿No te lo tomaras a mal lo que te he ...
... dicho?
- No me lo puedo tomar a mal, - conteste sorprendido – yo acepto y respeto tus sentimientos y tus sensaciones, pero debes de entender que lo que me estas contando me ha dejado perplejo, pero no me extraña mucho ya que cuando hemos visto alguna peli porno te excitabas mucho con las escenas lésbicas.
- Hay Juan, Juan de mi alma, eres un cándido. – suspiro Mary – Nunca te has dado cuenta de mis tendencias a pesar de que nunca me he reprimido cuando he tenido que mirar a una mujer guapa. Mira te hare una confesión que siempre he querido hacerte y que al final nunca me he atrevido, y espero que eso te aclare totalmente como soy, y que me entiendas.
- Supongo que recordaras perfectamente la primera vez que follamos, como ocurrió y la situación que provoco que ocurriese. – me miro esperando que dijese algo, y yo solo asentí con mi cabeza por lo que ella continuo – Pues bien, debes de saber que desde siempre te he apreciado mucho, me has parecido una buena persona, un tío simpático gracioso y amable, pero nunca me gustaste. Lo que ocurrió aquella noche fue producto de la gran lástima que me produjo verte llorar amargamente y decidí que como amiga debía de consolarte. Ciertamente es que al final el que me consoló fuiste tu a mí, pero no porque me gustes o por tus atributos masculinos, simplemente porque aguantas tanto tiempo que acabo gustándome. Eres como un consolador con vida propia y que me colma completamente mis necesidades vaginales.
- Te cuento todo esto porque ...