Mis vecinas de al lado
Fecha: 06/04/2025,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... nos han faltado desde que teníamos 16 o 17 años, hemos estado ni en broma ni en serio con ningún hombre, ya que posiblemente nuestro futuro estaba escrito desde hace años. Realmente nos queremos como hermanas y nos amamos como pareja profundamente, estamos perdidamente enamoradas y somos muy felices.
- Mantuvimos nuestro idilio en secreto tres años, - volvió a intervenir Barbara – y estábamos ya en el último año de carrera cuando se lo dijimos al padre de Helena, y a pesar de que no se lo tomo demasiado mal, pues nos dijo que es un hombre muy liberal y que aceptaba nuestras decisiones, pero no obstante no nos quería en su casa, ya que bastante había tenido con que mi madre le dejase por una mujer y no le parecía prudente después de aquello tener a dos mujeres lesbianas bajo su mismo techo. Eso sí, le pasa una asignación mensual a su hija y nos financio la clínica, y en cuanto a mi madre, que a pesar de tener las mismas tendencias que nosotras, se lo tomo incluso peor que su padre, estuvo un año sin hablarme, pero al final y viendo como nos queremos nos ha dado su bendición, e incluso nos visita periódicamente. Su única queja es que quiere un nieto.
- Bueno, - interrumpió Helena – Nosotras nos vamos a ir no vaya a ser que llegue tu mujer y no se tome a bien nuestra presencia sin que ella haya auspiciado nuestra visita. Le dices que como vecinas y veterinarias estamos a su disposición si necesita alguna cosa.
Me ayudaron a recoger todo e incluso se ofrecieron para ...
... tirar los restos al contenedor de la calle a la vez que se iban y me dejaron un tanto excitado y turbado, pues no sabía cómo decirle a Mary que había intimado con las vecinas, pues ellas me habían contado cosas bastante intimas y yo a ellas también, pero con la diferencia de que les había contado cosas de Mary sin su consentimiento.
Mientras pensaba como decírselo, me puse a jugar con los perritos tirándoles una pelota y un hueso de goma que me había regalado Helena. En ese momento oí la apertura de la puerta automática de la cochera, indicando que Mary acababa de llegar, y yo me apresuré a ir en su busca para informarla de las novedades con las que se iba a encontrar. Cuando la vi entrar por la puerta que daba acceso desde la cochera a la cocina, se me cayó el alma al suelo, pues la vi excesivamente seria y pensé que se iba a liar un follón si le contaba lo de mis invitadas y no se me ocurrió otra cosa que decirle:
- Vamos al jardín, que tengo una sorpresa para ti.
- Espera que me ponga cómoda. – contesto Mary – Vengo acalorada.
Sin darme opción, se quitó la chaqueta, la blusa y los pantalones y se quedó en sujetador y bragas y cogiendo una cerveza del frigorífico se dirigió al jardín prácticamente en pelotas, pues más que bragas llevaba un diminuto tanga que no solo la tapaban poco, con sus cachetes al aire, sino que trasparentaba totalmente su hermosísimo coño, y en ese momento los dos cachorros se le acercaron corriendo y olisqueándola, y Mary exclamo:
- ¡Madre ...