Mis vecinas de al lado
Fecha: 06/04/2025,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... pelirroja, me ha dicho que a su hermana Helena le pareces una mujer muy guapa, y que estas buenísima. Si quieres las invito a cenar.
- ¡Harias eso por mi! β exclamo asombrada Mary - ¿Estas dispuesto a que me lie con las vecinas?
- Bueno, si ellas quieren por supuesto. β sonreí yo β Porque tú no me has escondido que si estas dispuesta a comerte a esos dos pastelitos de 24 y 25 años.
- ¿Y crees que aceptaran? β me dijo excitadísima Mary β Si aceptan procurare por todos los medios comerme por lo menos un pastelito. Anda por favor ves a invitarlas.
- ¿Y dices que son hermanas? β me pregunto extrañada β Porque no lo parecen, por lo menos no se comportan como tales.
- No exactamente, pero que te lo cuenten ellas si quieren. β dije yo animado β Voy a ver si están en el jardín.
Eso hice yo y cogí la escalera y me encaramé a la tapia que separaba ambas casas por si estaban en la piscina, cosa que si ocurría pues estaban las dos en pelota picada tomando los últimos rayos de sol. Sin inmutarme y sin ninguna vergüenza me dirigí a ellas diciendo:
- Vecinas, dice mi mujer que le gustaría conoceros y si queréis cenar esta noche con nosotros.
- Mejor pasáis vosotros a nuestra casa, os dais un baño, y luego cenamos algo. β me contesto Barbara sin ningún pudor por su desnudez β Tenemos previsto cenar pan con tomate, jamón y queso con un buen vino de Rioja. ¿Os apetece?
- Vale, vamos para allí ahora mismo. β le dije β Nosotros llevaremos una botella de cava.
Bajé ...
... de la escalera y la recogí mientras Mary me miraba entre confusa y sorprendida, pero con un brillo de lujuria en sus ojos y me dijo:
- Parece que has conectado muy bien con las vecinas. ¿Qué están haciendo ahora?
- Están tomando el sol en pelota picada. β la conteste yo señalándome la entrepierna donde se notaba mi calentura β Anda, vamos a coger el cava y pasemos a su casa sin perder más tiempo, que tengo ganas de ver que puede ocurrir esta noche, aunque solo sea como espectador.
Eso hicimos no sin antes ponerse Mary un bañador y sobre él una bata, y yo también ponerme un bañador bajo mis pantalones cortos, y ambos nos dirigimos a la casa de al lado. Nos abrió Helena, que se había puesto una minifalda y un sujetador a juego y nos invitó a pasar hasta el jardín, no sin antes dejar en el frigorífico la botella que nosotros llevábamos. Barbara se había puesto, al igual que Helena, una minifalda y sujetador a juego, pero de color azul diferente al rojo de su amiga.
Tras presentarles a Mary, a la que besaron ambas en sus mejillas, nos invitaron a sentarnos en unos sillones de mimbre y sin más dilación empezaron a contarle a Mary su historia, siendo Helena la que dijo:
- No sabemos si tu esposo te habrá contado como tenéis que cuidar de los perretes, pero aun así te lo vamos a explicar.
Ahí comenzó una animadísima conversación entre ellas, siendo yo mero espectador, y además de explicarle con pelos y señales la raza, los cuidados y la alimentación que teníamos que ...