1. Mis vecinas de al lado


    Fecha: 06/04/2025, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... considerable, de unos doce por doce metros. Luego subí a la planta primera y desde el dormitorio comprobé que se veía perfectamente la piscina y gran parte del jardín de mis vecinas, y me dije a mi mismo que como era posible que no me hubiese fijado antes ni en ese detalle ni en las vecinas. Inconscientemente pensé en asomarme aquella tarde a la ventana para ver si las veía en bañador, pues tenía que ser un espectáculo formidable.
    
    Sali de nuevo a mi jardín y estuve inspeccionándolo para ver si en un futuro podríamos hacer una piscina como la de las vecinas, y de paso matar el tiempo hasta que viniesen a buscarme, pues estaba algo inquieto y tenía el presentimiento de que algo estaba a punto de sucederme, no sabía si bueno o malo, pero tenía esa sensación de que algo imprevisto iba a ocurrir.
    
    Sin darme cuenta eran ya casi las dos de la tarde y a pesar de esperar la llamada de Helena, me sobresalto el sonido del móvil de una entrada de WhatsApp, como si algo pecaminoso fuese a cometer al ir con las dos vecinas a la residencia canina para buscar un perro. Era viernes y Mary no venía a comer, pues al parecer habían venido personas de la dirección de la empresa desde Madrid y comerían con ella, aunque me había dicho que estaría en casa sobre las seis o seis y media.
    
    En el mensaje me decía Helena que me recogían en la puerta de mi casa en cinco minutos. Como estaba ya preparado salí hasta la acera para esperarlas y al poco aparcaba frente a mí un Jeep Wrangler que ...
    ... conducía Barbara y del que se apeó Helena para dejarme subir a la parte de atrás, ya que solo tenía dos puertas. Ambas vestían casi igual, con unos shorts muy ajustados y con camisas sin abrochar y anudadas un poco por encima de su ombligo, dejando este y parte de su tripa al aire, al igual que parte de sus senos. Yo sin decir ni pio, subí al coche y me senté tras ellas en el centro y viendo las piernas de ambas, lo que me provoco una incipiente erección.
    
    Fue Barbara la que empezó a contarme a donde íbamos y que nos podíamos encontrar allí. Al parecer no era ninguna residencia canina como yo había creído entender, sino una casa particular donde tenían tres perros en custodia hasta que alguien los adoptase, ya que me dijo:
    
    - Vamos a casa de un guardia civil, ya retirado, que tiene en acogida siempre tres o cuatro perros abandonados, además de los tres suyos, hasta que alguien los adopta definitivamente. Es un hombre muy bueno y un amante de los animales. Ahora mismo tiene un pastor alemán de un año, que parece se lo van a quedar en unos días y dos pequeños mastines, que son hermanos y que aparecieron abandonados hace un par de semanas. Tienen dos o dos meses y medio y uno de esos puede que te guste.
    
    Sin dar tiempo a poco más de conversación llegamos a una casa ya en las afueras del pueblo, pero relativamente cerca, y entramos con el coche a una especie de patio frente a una vieja casa, pero muy bien conservada, y allí nos esperaba un hombre de unos setenta años rodeado de ...
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