1. Infidelidad adquirida (II)


    Fecha: 10/04/2025, Categorías: Infidelidad Autor: rickmaster16, Fuente: CuentoRelatos

    ... Al otro día me pongo un jean sexy y me voy a casa con los niños. Se hace de noche, los chicos se acuestan y yo me recuesto en mi cama que se ve amplia, como invitadora a montar un cuerpo nuevo allí. Me sorprenden mis pensamientos, no porque me desagraden, sino porque mientras la tranquilidad financiera nos mantuvo a flote ese tipo de ideas nunca se me cruzaron. Parezco otra persona.
    
    Son las 11 y no puedo dejar de pensar en mis nuevas sensaciones. Me meto al Instagram para ponerme a ver la vida fabulosa de los demás. Mujeres menos atractivas que yo con millones de seguidores, ¿podría yo tener millones de seguidores? Me doy a hacer una prueba. Busco una foto que me tomé en la playa, de esas fotos que sale la cara en primer plano y atrás salen las nalgas. Estoy sonriendo en la foto y tengo un libro abierto debajo de las tetas. Tengo un vestidito de baño de dos piezas azul, apenas me tapa algo.
    
    Como tengo algunos conocidos y familiares que saben que no soy de montar esas cosas prefiero abrir una nueva cuenta con un nombre nuevo. Danika, me llamo, subo la foto, pongo algunos hashtag y salgo del app. No aguanto más aquella idea y le escribo al gordo.
    
    -Hola, buenas noches - Escribo y pasa un rato.
    
    -Hola, ¿como estas Diana? - Responde a los minutos.
    
    -¿Bien y tú?
    
    -Bien también… me extraña que me escribas
    
    -jajajaja ¿Por qué?
    
    -No sé, pensé que no ibas a cumplir tu promesa después de que te di el crédito
    
    -Pues bien, acá estoy para pagar mis deudas - Tras esto ...
    ... silencio.
    
    -¿Te puedo escribir mañana? - Me escribió.
    
    -¿Por qué mañana, no puedes hablar ahora?
    
    -No… es que, mi novia está acá, estoy en el baño … ¿Te puedo escribir mañana?
    
    -ok, sí
    
    ¿Me acabo de convertir en la “otra” del gordo? Yo que lo tengo todo y estoy buscando protagonizar… Me da rabia, apago el teléfono y me acuesto a dormir.
    
    A la mañana siguiente voy a mi trabajo. Voy con mi uniforme, normal. Antes mi mente bloqueaba todo, yo era un caballo viendo hacia adelante, solo veía a Ángel y a mis hijos. Ahora noto las miradas de todos mis compañeros de trabajo mientras camino por el pasillo a llevarle unos papeles al director de recursos humanos, área en la que trabajo. A la hora del almuerzo, los gestos de amabilidad se han convertido en flirteo y los amables cumplidos en coquetería.
    
    Un amplio abanico de posibilidades se aparece ante mí, pero soy precavida, primero que nada porque sé que no soy del común, segundo porque estoy pisando arenas movedizas, la reputación de una mujer es algo importante y pretendo conservar la mía, así que aunque la mente se despierta a cosas nuevas, el cuerpo mantiene la cordura.
    
    Más o menos, porque al llegar a casa me meto al baño y me reviento el coño a dedo. Los niños se acuestan y bajo a la cocina por una botella de vino. La destapo y la llevo a mi cuarto. Se preguntarán qué ha sido de mi esposo a todas estas, pues nos escribimos normal, me cuenta emocionado de sus cosas pero yo solo le respondo como un tenista jugando a ...
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