1. Mis odiosas hijastras (7)


    Fecha: 16/04/2025, Categorías: Hetero Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos

    ... exageradamente, con la vulgaridad que solo tienen los camioneros, y se rascó la cabeza. Aun así, lo que resultaba llamativo (casi chocante) en ella, era que aunque tuviera esos gestos, seguía viéndose increíblemente hermosa. Al bostezar, su espalda se arqueó. El torso se tiró para atrás, y los senos parecieron inflarse. Tenía el cabello despeinado, y debajo de sus ojos había unas horribles ojeras, y de todas formas era una pendeja infartante.
    
    —Al menos hay tostadas —dijo.
    
    Agarró una de las tostadas que aún estaban sobre la plancha. Le puso mermelada, y se comió la mitad de un solo bocado. Yo la seguía con la mirada, sin decir nada. Se había puesto la misma calza gris que el día anterior. Pero esta vez se abrigó con un buzo frisado con capucha.
    
    —¿Qué pasa? —me preguntó, con la boca llena, percatándose de que la estaba observando.
    
    —Pasa que sos demasiado confianzuda considerando que ni siquiera me dejás llamarte por tus apodos —dije.
    
    Valentina rió con ganas y en el acto escupió algunas migajas de pan sobre mí.
    
    —¿Todavía estás traumado por eso? —preguntó.
    
    Era una expresión exagerada, pero en cierto punto tenía razón. Aun recordaba esa primera cena en la que había cometido el error de llamarla Valu, debido a que había oído que su madre la llamaba así. Ella me había cortado en seco, aclarando que así solo la llamaban sus familiares y amigos.
    
    —Para nada —respondí—. Pero así como yo te respeto, espero lo mismo de vos. ¿No te das cuenta de que estaba haciendo ...
    ... las tostadas para mí?
    
    —¡Tanto lío por eso? —preguntó, irritada—. ¿Querés que te la devuelva? —agregó después, entregándome el pedazo que aún le quedaba.
    
    —No hace falta. No te pensaba negar una tostada, de todas formas. Simplemente me gustaría que antes me preguntes.
    
    —Okey, mala mía —respondió—. Me voy a calentar un poco de leche —comentó después, como dejando atrás el asunto.
    
    Me di cuenta de lo torpe que había sido al dar por sentado que había sido ella la de la mano larga. Y solo porque las otras dos me habían dicho que no se habían cruzado conmigo en el pasillo de la sala de luces, cuando estaba claro que quien había sido la verdadera responsable quería ocultar su identidad, por algún motivo que no terminaba de entender. Si no me hubiera avivado de eso, posiblemente la hubiese agarrado por detrás, mientras comía la tostada, igual a como había hecho con su hermana, y también al igual que había hecho con ella, le hubiera masajeado las tetas con desesperación. La diferencia era que las tetas de Valentina eran descomunales, y mis manos no darían abasto con ellas. Estaba seguro de que jamás había tocado unos senos tan impresionantes como los suyos. Me generaba mucho morbo pensar en eso. Además, a pesar de que había sido un error dar por sentado que se trataba de ella, no por eso dejaba de ser una de las principales candidatas.
    
    Lo primero que me había hecho descartarla había sido el hecho de que me dio la impresión de que la visitante nocturna no me estaba haciendo ...
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