1. Mis odiosas hijastras (7)


    Fecha: 16/04/2025, Categorías: Hetero Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos

    ... la felación con mucha habilidad, y ciertamente Valentina tenía toda la pinta de ser una experta petera. Pero ¿De verdad había sido así? Lo cierto es que el pete había durado en mayor medida mientras dormía, mientras que lo ocurrido cuando había despertado apenas habían sido unos segundos. ¿Y si lo había mordido a propósito? Quizás su objetivo era despertarme justamente para que yo cayera en la cuenta de lo que estaba sucediendo. Entonces desaparecería con crueldad, dejando la incógnita de quién había sido. Esa crueldad sí que era típica de Valentina.
    
    Puso a calentar leche, mientras yo terminaba de tostar los panes, y me acomodaba en la mesa para tomarme unos mates. Vi su carita redonda y su boquita. Cuando estaba tranquila, sin pensar en hacerme alguna maldad, tenía cierto aspecto angelical. Aunque yo sabía de sobra que de angelical no tenía nada. Me pregunté si esa misma boquita era la que se había llevado mi verga hasta hacerme soltar toda la leche. Recordé que me había dado la impresión de que se había tomado todo el semen. En ese caso, Agostina nuevamente quedaría descartada, porque según ella, jamás había tragado semen. Aunque eso era siempre y cuando estuviera diciendo la verdad.
    
    Nuevamente mi cabeza se estaba moviendo en círculos, cosa que me irritó. Pero ahí la tenía a Valentina. Debía aprovechar para sacarle toda la información que podía.
    
    —Igual podés llamarme Valu, o Valen —dijo ella, mientras servía la leche hervida en un pocillo, para luego sentarse ...
    ... frente a mí.
    
    —Qué —dije, desconcertado.
    
    —Que si querés podés llamarme por mis apodos. ¿No era eso de lo que te quejabas? —explicó, dándole una mordida a su segunda tostada.
    
    Se notaba que era una chica propensa a engordar con facilidad, y además, con esa cara redonda cualquier quilo de más se haría notar. Seguramente en algunos años, si seguía comiendo así, sería una gordita más del montón. Además, si bien su rostro tenía su belleza, no tenía nada que ver con el de sus hermanas. Me preguntaba si estaba consciente de lo cerca que estaba de ser una adolescente del montón. Si no tuviera esas tetas, y si no se mantuviera delgada gracias a su vida agitada… Pero lo cierto era que hoy por hoy, no era ni de lejos una adolescente normal. Su presencia resaltaba en cualquier lugar al que fuera.
    
    —Bueno… aunque ahora me va a costar hacerlo. Estoy acostumbrado a llamarte Valentina —contesté, para luego sorber un mate.
    
    —Como quieras. Solo lo digo. La verdad es que ni me había acordado eso de que te había dicho que me llames Valentina —dijo, soltando una risita—. Aunque ahora que lo pienso… no es cierto que siempre me hayas tratado con respeto.
    
    —¿Cómo? —pregunté, indignado—. ¿Cuándo te falté yo al respeto?
    
    Valentina (Valu), tomó un trago del café con leche, y me miró divertida, contenta de la irritación que había causado sus palabras.
    
    —Bueno. Recuerdo a cierto señor persiguiéndome por los pasillos de un supermercado. Un señor bastante más grande que yo, que se me acercó ...
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