1. Matrimonio convencional (V)


    Fecha: 17/04/2025, Categorías: Confesiones Autor: Ginjm, Fuente: CuentoRelatos

    ... un poco tarde, Andrés. Se os ve bien a los dos, muy al contrario de lo que podría creerse, estas cosas fortalecen las parejas. Sopesa las opciones y verás que te ofrezco más de lo que imaginas -se acercó más para hablar casi en un susurro-. Dime que no habéis hablado de mi en la cama y que no te has corrido pensando en aquella noche.
    
    Ninguna palabra salió de mi boca, lo que, a todos los efectos, era una afirmación.
    
    -No te apures por eso, hombre, nadie sabrá nunca nada, pero tú y yo sabemos la verdad. Acéptalo, Bea ya lo ha hecho, lo veo en su mirada.
    
    Una vez dentro del ascensor, Don Cosme hizo algo que me pilló desprevenido, se giró hacia mí, se bajó la cremallera del pantalón y se sacó la polla. No estaba empalmado, pero aun así su tamaño y grosor me pareció fuera de lo común.
    
    -Venga, te dejo que la cojas, pero no te emociones.
    
    Me quedé helado, petrificado y, por qué no decirlo, embobado mirando semejante verga.
    
    -Date prisa, no tenemos todo el día. Dijo poniéndose las manos en las caderas.
    
    Su manera imperativa de hablar me hizo reaccionar como si de un calambre se tratara, mi mano derecha agarró y sopesó aquella tremenda polla que me hipnotizaba, comencé un lento movimiento de pajeo, su polla crecía en mi mano, su glande aparecía a cada movimiento de mi mano, con rapidez fue creciendo hasta no poder abarcarla completamente con mi mano, caliente, dura, suave al tacto. Terminó poniéndose como un mástil. Don Cosme me miraba con sonrisa socarrona.
    
    -Mira, ...
    ... parece que te ha reconocido y se alegra de verte, otro día te dejaré que juegues con ella, pero, como sabes, debo reservarme para llenarle el coño a tu mujer.
    
    Yo seguía sin decir nada, meneándole la polla embobado, con la boca estúpidamente abierta y una sensación de cosquilleo en la entrepierna que hacía crecer mi polla. Aunque no a la velocidad que la de Don Cosme.
    
    -Estamos llegando, guárdala. Sin mostrar la urgencia que requería la situación.
    
    Él se mantuvo impasible, pero yo no podía dejar que la puerta se abriera y que cualquiera, o la mismísima Bea me viera con la polla de Don Cosme en la mano, así que me dispuse a guardarla, pero al estar empalmada no entraba por la cremallera, tuve que aflojarle el cinturón y desabotonarle el pantalón para obligarla a alojarse en su bóxer, aún estaba cerrándole la bragueta, el bulto en el pantalón era imposible de disimular. La puerta abrió, la sangre se me bajó a los pies. Por suerte no había nadie esperando, hubiera sido imposible explicar aquello.
    
    -Andrés, Recuerda, el viernes a la 5, en mi casa.
    
    Las puertas se cerraron, pero pude ver claramente cómo exhibía el bulto de su pantalón orgulloso y poderoso.
    
    Cuando entré en casa, Bea me estaba esperando.
    
    -¿Qué te ha dicho? ¿Vamos a ir el viernes?
    
    -Nada. Sí.
    
    -Ni siquiera me preguntas si yo quiero, me dijo cruzándose de brazos en pose de enfado.
    
    -Si no quieres ir, pues no vamos.
    
    -Yo no he dicho eso, Andrés, estás muy raro, dime qué habéis hablado, y no te ...
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