Mi harem familiar (Introducción. Cap. 1)
Fecha: 23/04/2025,
Categorías:
Grandes Relatos,
Autor: WadeHolden, Fuente: CuentoRelatos
... Hacemos un trío. ¿Qué tal? Vamos a darle. Si no nos oye, solo tú y yo. Otro día le doy a ella y después sí, nos montamos el trío. Y de ahí en adelante, que viva la pepa. – y la agarré del talle para acercarla a mí y besarla. La loca brincó de la cama y me rogó tranquilidad.
Esa noche me salí para dormir en el chinchorro. La dejé echa un desastre, con una crisis moral y existencial. Pero ella a mí, también. No podía creerme lo que mi hermanita querida me había planteado.
El domingo en la mañana me desperté después de una pésima noche y me encontré para desayunar con mi hermosísima madre, más sexy que nunca, con un traje de baño de una pieza con un escote hasta más abajo del ombligo, que me dejó babeando.
- Bendición, bella mujer. Estas buenísima con ese traje de baño, no te lo había visto. Casi que me quedo tieso al verte.
- Dios te bendiga, mi amor, me lo estoy estrenando hoy. Y tú no te quedaste tieso… pero tu mejor amigo… no sé… jajaja…
- Caramba, mamá, perdóname… no me di cuenta, lo siento. No quise faltarte el respeto.
- Mi amor, eres un hombre joven, con una actividad hormonal bastante notoria. Eso que te pasó, a tu edad, es de lo más normal y a la mía, ver que un joven se excite así por verme, me halaga, aunque ese joven sea mi hijo. Además, tu estas más bueno que comer con los dedos. Me emocioné yo también, al darme cuenta. ¿No notas mis pezones?
Casi me desmayo. ¿Sería entonces cierto lo que mi hermanita me había planteado anoche? Coño, mamá ...
... me acababa de lanzar dos rectas de 95 millas. Una más y estaría ponchado. Y me parecía verla más atractiva que de costumbre. ¿Acaso eso era posible, que la mujer más hermosa del mundo hoy se viera mejor que otras veces?
Traté de tranquilizarme, haciéndome el Willie Mays y desayunamos, aunque notaba sus miradas, sus mohínes para conmigo, su sensualidad enfocada a mí. ¿O me lo estaba imaginando?
Al terminar, le dije que me iba a caminar por el boulevard y entonces me dijo que la esperara, que se iba conmigo. Ella quería y necesitaba caminar un poco.
Salimos, ella con su traje de baño y un coqueto pareo, Dios mío, se veía esplendorosa y yo con mis ya clásicos bermudas y una franela. Por el camino, mamá desató más pasiones que en un desfile de PlayGirls de PlayBoy, al punto que creí que en la ruta terminaría dándome unos carajazos con algún hijo de perra que se pasara con ella.
Llegamos a la plazoleta del final del boulevard y nos sentamos solos en un banco, mirando hacia el mar. Ella estaba como en una nube, la veía soñadora, alegre, sin ser eufórica, la notaba cómoda conmigo. No soltaba mi brazo, ni siquiera una vez sentados.
- ¡Qué lindo día hace hoy! ¿Verdad, mi amor? – me comentó apretándome el brazo contra su cuerpo.
- Si, mami, muy lindo y contigo de mi brazo, mejor… Mamá, este… oye… ¿sabes? quiero hacerte unas preguntas ¿puedo?
- Claro, mi amor, lo que quieras. A ver, pregunta.
- Tú… eras una mujer muy activa, sexualmente hablando, con papá, ...