Mi harem familiar (Introducción. Cap. 1)
Fecha: 23/04/2025,
Categorías:
Grandes Relatos,
Autor: WadeHolden, Fuente: CuentoRelatos
... medianamente bien. Cuando Alicia y Roxana me cuentan de los polvos que tú les echas, me rio como una pendeja, pero por dentro me muero de la envidia. Ya ni quiero hablar con ellas, porque siempre es el mismo tema y llego a casa con las pantaletas mojadas y con ganas de hacerme una paja. Y a mamá le pasa lo mismo. Tienes a Carmen, a Olga y a Adriana, señoras cuarentonas como mamá, dos divorciadas y la otra casada con un pajúo que ni se entera de los cuernos que tiene en la cabeza y cada vez que las visitas, llaman a mamá a contarles de las cogidas que les da su hijito tan bello. Ya Sugey está arrecha. Ayer la llamó Adriana, la más puta de las tres y no quiso atenderla. Me pidió que le dijera que estaba en el baño. Y le dije: “Lo siento, Adriana, Sugey está cagando”. Así mismo. La desgraciada se echó a reír a carcajadas. Y yo, por supuesto, quedé como la ordinaria de la familia. Y si quieres te hablo de tus compañeras de la Universidad, que te llaman a diario, loquitas todas porque las atiendas y de tu jefa, mi tocaya, Ana Marisax. Coño, algo muy bueno tienes que tener, carajo, hermanito y nosotras queremos nuestra parte.
Yo no hallaba que decir. Esta perorata de mi dulce hermanita me dejó descolocado. Y me preguntaba yo ¿Esto era cosa de Ana, unilateralmente, o Sugey compartía el punto de vista? Me asusté. De pronto me di cuenta que me estaba colocando contra la pared con un planteamiento que, moralmente, me quemaba, pero que viéndolo desde el punto de vista meramente ...
... humano, más terrenal, me parecía la gloria. Siempre he visto a mamá como a una superhembra y a mi hermana, desde los 14 como su digna sucesora. Sugey, a sus 40, estaba en la plenitud de su hermosura y suponía yo que de sus capacidades amatorias. Y Ana, bueno, por Ana me lanzaría por un barranco, de cabeza, sin preguntar. Pero eran mi madre y mi hermana. Si se tratara de Miriam, la gemela de mamá y de Andrea, su hija, otras dos mujeres de bandera, pues no me parecería tan terrible el asunto. Carne de tía o de prima, pues, se podría probar, no sé, digo yo. Habría que ser medio canalla, coño de madre y pervertido. ¿Y yo lo era? Ana me había sembrado una semilla y yo me preguntaba: ¿Germinaría? Pensé, pensé y decidí que la iba a poner a prueba, a ver hasta donde tenía fuelle esa niña.
- Ok, Ana, vamos a lo nuestro. ¿Tú quieres follar conmigo? Pues bien, vamos a echarle bolas. Quítate esa pantaletica y vamos a follarte como me follo a tus amiguitas. Tú estás más buena que ellas, así que vamos a pasarla muy bien. ¿Le damos ya? – le dije, a son de reto y traté de agarrar la pantaletica para bajársela.
- ¿Ya? Saca la mano ¿Qué te pasa? ¿Estás seguro? Bueno, ya va, calma pueblo. ¿Y con mamá aquí al lado? Coño, no sé… No seas tan brusco, coño. ¿Por qué no lo organizamos mejor y lo dejamos para otro día, ya más calmados y en mejor posición que ahora, porque mamá nos va a oír, seguro.
- Bueno, tú me has insistido en que con las dos. Si nos oye, le decimos que se nos una y listo. ...