1. Mi harem familiar (Introducción. Cap. 1)


    Fecha: 23/04/2025, Categorías: Grandes Relatos, Autor: WadeHolden, Fuente: CuentoRelatos

    ... ¿cierto?
    
    - ¿Qué pregunta es esa, mi amor? ¿A dónde quieres llegar? Soy tu madre, no una de tus carricitas…
    
    - Quiero tener una conversación de adulto contigo, con la dueña de mis amores y desvelos. La otra dueña está allá, dormida y de esa ya sé bastante. Necesito saber de ti…
    
    - Bueno… me intrigas. Ejem… Si, mi cielo, yo era muy activa. Tu padre era un amante muy especial, maravilloso. Me atendía de maravillas…
    
    - ¿Y ahora, como haces? ¿Se acabó y punto? ¿No te hace falta o tienes por allí tu repuesto?
    
    - Me estas incomodando un poco, mi amor. No te pases.
    
    - Por favor, mami…
    
    - Bueno… no hago nada, mi amor, no tengo repuesto. Estoy apagada. Ya no soy la mujer fogosa que era con tu padre, eso se acabó. Se murió mi hombre y sé que como ese que tenía no voy a conseguir otro, ni medianamente parecido… bueno, si, la verdad, sé que existe uno, por ahí, pero no es para mí, así que nanay, nanay.
    
    - ¿Y quién es?
    
    - Eso no te lo voy a responder, por favor, no insistas. Me estás incomodando.
    
    - Discúlpame. El asunto es que te amo, me importas mucho. Solo quiero que seas feliz y si yo pudiera… aportar, hacer algo para que lo fueras, me sentiría muy feliz. Mamá, eres la mujer más hermosa del mundo, no conozco a nadie como tú. Bueno, con excepción de tu doble, Miriam. Pero volvamos al asunto, una mujer como tú, a los 40, está en la plenitud de su vida. No se puede apagar, como dijiste. Ana y yo nos resistimos a ver eso y sin hacer nada.
    
    - ¿Y qué han hablado tú ...
    ... y esa alocada hija mía? Porque mira que esa niña es una revolucionaria. Si por ella fuese, yo debería tener una cola de amantes que diera la vuelta en la esquina y cambiar uno cada día.
    
    - Bueno, mamá, te voy a contar una larga y terrible conversación que tuvimos Ana y yo anoche, al acostarnos. Primero, te pido me escuches hasta el final, por favor, sin interrumpirme. Después, si quieres, me pones esa piedra que está allí por la cabeza; Segundo, que no tomes represalias contra ella. Sé que ella a veces está convencida de cosas que solo existen en su mente, pero me dejó marcado anoche con las cosas que me dijo.
    
    Y procedí a relatarle a mamá toda la conversación, de la manera más cercana a la verdad, sin edulcorantes.
    
    Al finalizar mi monólogo, mamá tenía las lágrimas afuera. Esperé a que se recompusiera, la abracé con mucho afecto, amor más bien y le dije cosas bonitas al oído, para consentirla. Por fin se tranquilizó un poco, me pidió un cigarrillo y después de fumar, me dijo:
    
    - Mi amor, tal vez algunas cosas que te dijo la locata esa sean verdades del tamaño de un edificio, pero hay cosas que solo pueden ser producto de su mente calenturienta. La mejor demostración que tienes de que lo que te digo es cierto es que la retaste, le dijiste para hacer el amor y aflojó. No se atrevió. ¿Crees que si me lo pidieras en este momento, tal como hiciste con ella anoche, yo aceptaría? ¿O aflojaría como ella?
    
    - No lo sé. No es momento de eso. Sigue, por favor.
    
    - Bien, es ...