1. FOLLAMATRIX - Capítulo 4: Canción de hielo y carne.


    Fecha: 04/05/2025, Categorías: Hetero Autor: , Fuente: RelatosEróticos

    ... sobre la base del prepucio. Empezó a restregarlo suavemente contra mi carne palpitante, hasta que varias gotas frías surcaron el cuerpo carnoso en dirección a mis testículos. Ella las fue siguiendo con la lengua, una a una, cambiando los fríos surcos por regueros de caliente saliva. Algunas gotas alcanzaron mis huevos, y ella las lamió también. Mientras lo hacía empezó a subir y bajar la mano sobre mi polla, y cuando menos lo esperaba noté cómo depositaba sus labios sobre mi prepucio. Se lo introdujo poco a poco en la boca, y de repente noté el frío del hielo sobre la punta del rabo; Rhena lo tenía dentro otra vez, y cuando empezó por fin a mamármela creí que me volvía loco de placer. Notaba el calor de la lengua y la saliva que recorrían mi rabo, y de vez en cuando un roce helado aquí y allá me arrancaba un repentino gemido, sin que pudiese evitarlo. No sé cómo, pero Rhena se las apañaba para chupármela cada vez más rápido mientras, con la lengua, movía el hielo de un lado a otro. Nunca había sentido nada igual, y mi polla no tardó en avisarme de que no podía aguantar más. Sin pensar bien en lo que hacía, dije en voz alta:
    
    —Retrasar… ¡Oh, joderrrr…! ¡Retrasar eyaculación!
    
    Pero aquello era imposible, claro. Tras decir aquello, noté cómo Rhena intensificaba el ritmo de la mamada, pajeándome al mismo tiempo a toda velocidad. Grité de placer, y tras una especie de latigazo en la base de los huevos el semen emergió a presión dentro de la boca de Rhena. Ella, en vez de ...
    ... apartarse, empujó con la boca tanto como pudo, metiéndose mi polla aún más dentro. Tuve la sensación de que me corría directamente en su garganta… y lo hice entre gritos incontrolables. Cuando las placenteras pulsaciones se detuvieron, noté cómo Rhena se sacaba mi aparato de la boca… apretando los labios contra mi piel y muy, muy despacio, como si no quisiese dejar escapar ni una gota de líquido. Antes de que terminase de hacerlo, me deshice el nudo de la servilleta y me la quité de los ojos. Justo vi salir mi capullo de la boca de Rhena, y ella cerró los labios de inmediato. Vi cómo tragaba, mirándome a los ojos, y tras dibujar una sonrisa sacó la lengua con un minúsculo trozo de hielo en la punta… y nada más. El calor lo había deshecho, y el resto se lo había tragado Rhena.
    
    —Me encanta tomar leche condensada de postre —dijo, y se levantó—. ¿Qué te ha parecido?
    
    Resoplé, moviendo la cabeza. Las sienes me latían con fuerza.
    
    —Increíble —fue lo único que se me vino a la cabeza. Lo cierto es que, entre el vino y la brutal mamada que Rhena me acababa de hacer, no podía pensar con claridad—. Lo siento por…
    
    —No te disculpes. Tenía muy claro que no aguantarías, esto no es Follamatrix para que el sistema venga a ayudarte. Debías correrte, y ha pasado sin más. Y, por lo que veo, no te costará seguir…
    
    Seguí el movimiento de sus ojos hasta mi rabo, que se mantenía aún bastante tieso.
    
    —Lo estoy deseando —aseguré—. Estoy demasiado excitado para que esto baje por sí ...
«12...5678»