La sumisa definitiva
Fecha: 06/05/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Giani7, Fuente: CuentoRelatos
... miraba en todas direcciones, con esa respiración agotada característica de aquel que está experimentando ese cúmulo de sensaciones. Excitación total, a la par que miedo a lo desconocido. Una situación realmente incomoda que la tenía loca.
Procedí a inspeccionarla, comprobando con mi mano derecha que la humedad de su vagina era ya más que palpable. Saqué una capucha negra, que impedía cualquier paso de luz, y se la puse. Protestó por la situación, sin obtener nada a cambio, más que otras esposas en los tobillos
- Me voy a duchar, no te vayas lejos...
De fondo, se escuchaban murmullos insonorizados. Me duche con calma mientras preparaba su primera prueba. Para ella iba a ser una noche larga, así que la quería bien limpia y preparada. Termine la ducha, y procedí con su parte. Llene una pera lavativa de agua templada, y fui a buscarla a ella. Capucha quitada, pies liberados de calzado y esposas, y procedí a llevarla hacia la ducha. Su cara se estremeció cuando vio ese aparato en mi mano. Sin darle ni una explicación, la puse de rodillas, con su cabeza apoyada sobre la bañera, e introduje el principio del conducto. Su cara cambió, aunque tras mi explicación, cuya única función era evitar que sufriese daño, se mantuvo en posición. Comenzó a notar el agua caliente fluyendo intestino arriba. Calambres recorrían su estómago, pero tenía que aguantarla en su interior. La vergüenza hacia que la aguantase el mayor tiempo posible, lo cual era bueno para mi intención de dejarla ...
... bien limpia, aunque llegado un punto, su capacidad se desvanecía y tenía que soltarlo todo. Yo aprovechaba ese tiempo entre evacuaciones para forzar su boca y obligarla a realizarme una mamada. Su cuerpo se debatía entre atender a mi pene rozándole la campanilla, y apretar el esfínter. Hasta en 4 ocasiones repetimos maniobra, momento en el cual comprobé que, tras casi una hora, su intestino estaba más que limpio. Así que solo quedaba un pequeño baño de agua fría y secarla.
La lleve hasta la cama, y decidí que por ser su primera vez, iba a ser un buen chico. Necesitaba engancharla, que nunca olvidase esa noche, que después de esas sensaciones, no quisiera nunca más volver al sexo vainilla. Así que ese día iba a ver la cara afable del bdsm. Tumbada boca abajo, comencé a jugar con su culo. El lubricante corría perineo abajo hacia su vagina, mientras estimulaba su ano, sintiendo como cada segundo que pasaba, se iba preparando. Entró un dedo, luego dos, luego tres. Sus ojos se cerraban, mezclando gusto, morbo y una pizca de incomodidad, pero empujando sus nalgas hacía mi, pidiendo que eso no cesase. Así que prepare un plug vibrador, lo introduje y lo active. Un calambre recorrió su cuerpo, bailando al ritmo del vibrador, que no paraba de moverse en secuencias que se repetían, y que tenía pila para horas.
Sin perder más tiempo, le di la vuelta. Me miraba a los ojos pidiendo que eso no terminase nunca, pero no le iba a dar el placer de controlarme con la mirada. Le quite el aro ...