La sumisa definitiva
Fecha: 06/05/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Giani7, Fuente: CuentoRelatos
... de la boca, que le dejo un rastro de saliva por toda la cara. Aproveche esa lubricación natural para follarle la boca durante un par de minutos. Estaba tan cachondo que la primera corrida se alojó por su boca, provocándole casi un atragantamiento. Ella esperaba paciente a que retirase mi miembro de su boca, y poder esparcir mi semen a lo largo de su cuello y cara, pero no sabía que mis planes eran otros. Así que en un movimiento rápido, le tape la boca haciéndole tragar todo. Antes de poder escuchar su voz, le puse otra mordaza, una de bola esta vez, que consiguió que solo pudiese emitir algún gruñido. A esto le siguió un pasamontañas, con el hueco de los ojos cosidos. Dos agujeros en la nariz y el hueco a través del cual se veía la bola roja que cerraba su boca, eran los únicos orificios de la prenda que adornaba su cara. Lo ajuste bien abajo al cuello, y por encima le puse un collar, el primero que recibía con esa connotación, y que a día de hoy conserva. Cerrado con un candado el broche, sus sentidos se veían limitados a escuchar a duras penas, y sentir, sobre todo sentir...
Me baje hacia sus piernas, no sin antes dejar dos pinzas en los pezones. El dolor que causaban se fusionaba con el estremecer que el plug en su ano causaba. No paraba de bailar al son del automatismo, sintiendo que un calambre recorría su interior cada segundo, causándole placer como nunca antes. Mientras, mi lengua se enredaba entre los dedos de sus pies, disfrutando de una pedicura de 10, y ...
... gozando de un fetiche que me acompañaba desde que tengo uso de razón. Pasaron minutos lamiendo piernas, muslos, plantas de los pies, viendo cómo se retorcía de placer. Cogí un rollo de cinta y ate sus tobillos a sus muslos, de forma que sus piernas ya no podían ser cerradas.
Ella, que ya estaba al límite, comenzó a gemir como nunca antes cuando mi lengua comenzó a recorrer cada esquina de su vagina. Cuando mi respiración caía directamente sobre su clítoris, al que mi lengua acompañaba. Atada, sin que nadie le hubiese preguntado, por la fuerza, y comida de arriba abajo. Una sensación que no aguanto más cuando un vibrador acompaño a mi boca en las obras que se estaban llevando a cabo sobre su sexo. Fue así que en cuestión de unos segundos, y tras varios espasmos, emitió una corrida, la cual confeso a posteriori que había sido la primera de su vida así, que inundo mi cara y pecho en sus fluidos.
Sin tiempo siquiera de recuperar la respiración, boca y vibrador seguían trabajando sin descanso. Detrás de la mordaza, gritos que por momentos parecían más de dolor, pero que venían de un placer inigualable nunca antes recibido. Minutos y minutos de un vibrador en el culo, uno en el coño, y una lengua haciendo estragos. Por momentos, los dedos se unían a esta fiesta provocando más y más fluidos a presión, y una mujer retorciéndose de lado a lado, cada vez que, en medio del placer, todos los miembros implicados cesaban actividad, dejándola a medio sentir, para volver a comenzar después. ...