1. El bautizo de mi chiquitín


    Fecha: 07/05/2025, Categorías: Infidelidad Autor: soyAriel, Fuente: CuentoRelatos

    ... la verga de mi esposo la superaba con creces, pero muy gruesa, la más gruesa que haya visto, sonrió y dando un empujón entró la cabeza, estirando mis pliegues, lo que me provocó un gemido de placer y un ligero ardor.
    
    - Ay putita, que estrechita estás, que rico coño, me encanta.
    
    - Ufff, tu verga es tan gruesa, me lastima, agghhh, despacio.
    
    Siguió empujando poco a poco, lentamente, sentía como la gruesa verga iba abriendo mis entrañas, centímetro a centímetro, la sensación era muy intensa, mordía mis labios y arqueaba mi espalda para no gemir y gritar, hasta que en un último empujón me penetró con un golpe de caderas hasta el fondo, un grito de placer y dolor salió de mi boca, al sentirme totalmente empalada por esa tremenda verga.
    
    - Listo preciosa, ya te la ensarté toda, ahora viene lo bueno- dijo con una sonrisa burlona.
    
    Empezó un lento vaivén, me sujetó de las caderas y el sillón mecedora empezó a hacer de las suyas, aumentando la velocidad y profundidad de los embistes, el placer me invadía, aunque intentaba no gemir, era imposible, por más que apretaba mis labios no podía calmar mis gemidos, se movía tan rico, ensartándome y apretando mis nalgas, aunque estaba bien lubricada esa verga frotaba los pliegues internos de mi vagina con mucha intensidad, su pelvis chocaba contra mi coño, me derretía de placer.
    
    - Agghhh, ufff, siento que me abres toda, que verga cabrón, me partes, ufff, aaaghhh,- gemía.
    
    Después de unos 10 o 15 minutos cogiéndome me la sacó, ...
    ... dejándome palpitando la vagina, me dice:
    
    - Date vuelta, estoy loco por tu culo, tiene que ser mío también.
    
    - No, como crees, es demasiado gruesa, si me dejaste ardiendo mi coño, es imposible que me entre por el culo.
    
    - Vamos, te lo hare despacio, vamos voltéate, te va a doler un poquito, pero te va a encantar, por ser gruesa la vas a disfrutar más.
    
    Con un poco de duda, me puse en la posición de perrito y vio que en la cómoda había un frasco de vaselina para bebé, la cual me habían recomendado por ser mejor que el aceite para bebé y la usaba para evitar rozaduras.
    
    - Esto servirá, preciosa- dijo abriendo el botecito. y metiendo sus dedos los embadurnó bien y sacó una cantidad generosa entre sus dedos.
    
    Me puso la vaselina y empezó a masajear mi orificio por fuera, moviendo su dedo en forma circular, acariciando mis arrugados pliegues externos, con la otra mano abría y masajeada mis nalgas y mis piernas, abrí más las piernas y empinaba el culo, ofreciéndoselo, hasta que empujó un dedo y me estremecí.
    
    - Mmmmm, aghhh- Di un gemido ahogado
    
    Su dedo era grueso y su dedo se sentía calloso, me raspaba un poco por dentro, una pequeña incomodidad, que me hizo retorcer.
    
    - Tranquila nena, no te emociones, apenas es un dedo- Dijo, pensando que me retorcí de gusto, aunque en realidad no fue así.
    
    Su dedo se fue hundiendo en mi interior y poco a poco la incomodidad se convirtió en placer, su dedo calloso friccionaba más fuerte mis paredes internas y me encantaba ...
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