1. El diario


    Fecha: 11/05/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos

    ... segundos después, quizás un poco tarde, aunque no advertí que le diese la mayor importancia. Lo que daría por poder vérselas. Deben de ser preciosas.
    
    Al salir de la cocina, mis ojos la siguieron, y de nuevo se clavaron en el contoneo de sus caderas y en el suave temblor de sus nalgas.
    
    Se dirigió al baño para limpiarlo, abrió la mampara, accionó el grifo y dejó caer el agua en la bañera, después se arrodilló para fregarla con un un estropajo impregnado de viakal. Los ojos se me abrieron como platos contemplando aquellas posaderas en pompa pidiéndome a gritos que me acercara y me la follara. Le hubiese levantado la bata, le hubiese bajado las bragas con saña y se la hubiera metido hasta hacer que se corriera de gusto, en cambio, lo que hice fue sacarme la polla y hacerme una paja admirando el balanceo de sus nalgas acompasando los movimientos enérgicos de sus manos al sacarle brillo a la bañera. El ritmo de mi mano se intensificó y temí que me sorprendiera. No podía parar de meneármela, y mientras oía el agua correr, la veía a ella ofreciéndome su trasero e imaginándola desnuda. Podía visualizar sus nalgas perfectas, su coño en forma de hucha asomando por debajo, y su ano incitándome a clavársela. Estuve a punto de correrme encima de ella, pero en el último instante el sentido común frenó mi ímpetu y desaparecí presuroso hacia mi habitación. No pude contenerme más, ni siquiera tuve tiempo de coger los pañuelos. Fue entrar en la habitación y la leche escapó de mi polla ...
    ... esparciendo latigazos a diestro y siniestro por el embaldosado. Nunca mi polla había echado tanta leche. Era como un puto geiser saliendo de mi verga sin cesar. Fue un orgasmo tan intenso que me hizo cerrar los ojos y apretar los dientes, y mientras tanto, yo seguía imaginando que la sodomizaba, corriéndome dentro de ella”.
    
    Rocío casi jadeaba. El corazón no había dejado de latirle con fuerza mientras leía. Y otra cosa. Algo que le chocó. Estaba excitada. Tenía los pezones duros, marcados en la tela. Notaba el coño mojado. ¿Cómo era posible? ¿Era por lo que había leído? Sin duda eran palabras llenas de erotismo, de sexo y de morbo. ¿Quizás por saberse deseada? Toda mujer se siente bien cuando sabe que los hombres la desean. ¿O era porque se trataba de Carlos? ¿Estaba tan excitada por saber que a Carlos le gustaba como mujer? ¿Por saber que tenía fantasías con ella? Quizás era un poco de todo. Se dijo que aquello estaba mal. Qué él no debía tener aquellos pensamientos sobre ella. Que ella no debía sentirse bien por saberlo porque reconoció que tenía edad suficiente para ser su madre.
    
    Estaría mal, pero el coño le palpitaba. Juntó las piernas, apretó las ingles y sintió placer.
    
    Hacía mucho tiempo que Rocío no estaba tan excitada, tan caliente, tan cachonda.
    
    ¿Qué más diría Carlos sobre ella? ¿Qué más fantasías tendría? Pasó la hoja, dispuesta a averiguarlo, pero ya no había nada más escrito, y en cierto modo se sintió un poco decepcionada, pero tremendamente excitada. ...
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