1. El diario


    Fecha: 11/05/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos

    ... Respiró hondo con ánimo de retomar sus tareas, en cambio, lo reconsideró, abrió, su bata y deslizó la mano por su pierna hasta alcanzar su sexo. Tenía las bragas húmedas. Apretó su raja en busca de placer y lo encontró, pero deseaba más. Su mano se introdujo por dentro de la prenda y un dedo se perdió en las profundidades, mientras otro friccionaba el pequeño nódulo. Abrió la boca, cerró los ojos y el orgasmo golpeó su coño obligándola a exhalar un gemido ahogado, acompañado de temblores y convulsiones mientras cerraba las piernas.
    
    Al llegar a casa saludó a su marido y a sus hijos, fue a cambiarse de ropa, después abrió la nevera, calentó la comida y se sentaron los cuatro a la mesa en un silencio que resultaría incómodo para un observador, pero era un silencio al que ya estaban acostumbrados, pues cada cual batallaba en su conflicto interno. Su marido intentaba pasar página y seguir adelante, aunque era una lucha carente de alicientes con una salud mermada y sin posibilidad de hacer progresos. Los problemas de su hijo menor pasaban por dilucidar como sortear el siguiente nivel de su videojuego, y su hijo mayor intentaba encontrar su lugar en la vida, ya que, en una casa donde la alegría y la felicidad hacía más de dos años que habían desaparecido, era imposible hallarlo. Ella, en cambio, se hacía todos los días la misma pregunta. ¿Merece la pena el esfuerzo? Dejar a su esposo era tanto como traicionarlo, pero no hacerlo significaba vivir el resto de sus días amargada, y ...
    ... de ese modo, nunca llegaba a ninguna conclusión.
    
    Miró a su hijo mayor taciturno y pensó en Carlos. Apenas hacía unas horas que se había masturbado fantaseando con él. Un muchacho de la misma edad que su hijo y por eso no sabía muy bien como encajar esa mezcla de sentimientos encontrados.
    
    Después de comer Rocío se tumbó un rato en la cama para descansar, pero también para reflexionar. Estaba ausente. Pensaba en Carlos y en su diario. Una extraña sensación en el cuerpo la oprimía. La evocación de cuando deseaba fuertemente a un hombre. Antes de que todo se fuese al garete, era en su marido en quien pensaba. Cuando pensar en él la excitaba. Cuando sólo deseaba estar con él, besarlo, ser besada, ser acariciada, ser follada.
    
    Esa pasión, esa mezcla de amor, deseo y lujuria con su esposo ya no existía. Existían las palabras que se sucedían encadenando frases incoherentes, pero tremendamente morbosas. Su mente la empujaba al cuarto de Carlos. Al diario.
    
    No podía dormir. Necesitaba desahogo. Necesitaba placer. Pensó en darse la vuelta, pegarse a su marido. Acariciarle. Antes bastaba con eso para que él se diera la vuelta y le clavara la polla bien hondo hasta hacerla correr.
    
    Estaba excitada de nuevo. Se pegó a él, llevó su mano hacia su miembro y se lo empezó a sobar sabiendo que el esfuerzo era en vano. Él le apartó la mano resentido y Rocío se levantó buscando otras cosas que hacer.
    
    Por la noche, cuando su marido se acostó preparó la comida para el día siguiente y ...
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