Los cinco sentidos (sexto capítulo)
Fecha: 13/05/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: dulceymorboso, Fuente: CuentoRelatos
... lo hacía no se dijeron nada mas. Él por tener la boca ocupada en saborear aquel exquisito manjar y ella porque solo podía gemir. Eran gemidos tímidos que cada poco tiempo aumentaban de intensidad y él sabia que cuando eso sucedía aquella vagina se descontrolaba y un nuevo chorrito de placer se derramaría sobre su boca. Cuando los gemidos de ella se incrementaban, era como estar chupando un delicioso bombón de chocolate y disfrutar ese momento que el dulce licor de su interior se derrama en la boca, pero aquella vagina era mas deliciosa que el mejor de los bombones. La lengua de aquel hombre lamia cada milímetro de su sexo, se introducía en él y Tania se moría de placer. Sentir los labios varoniles chupar sus labios vaginales le hacían temblar, cuando rodeaban su clítoris y lo absorbía tenía que tapar su boca para que sus jadeos no traspasaran las paredes de aquella casa, estaba segura que si alguien pasara por la acera de la urbanización podría escuchar como estaba gozando.
La cuenta de los orgasmos que había tenido la había perdido a partir del quinto. Estaba sorprendida de las veces que se había corrido en la boca de aquel hombre. Y ahora era ella la que sentía apetito, era ella la que deseaba desayunar, y Braulio se quedó quieto, expectante, cuando sintió que ella separó su vagina de su boca y comenzó a bajarle el pantalón del pijama.
Lo hizo despacio, estaba nerviosa, sus manos suaves bajaron el pijama. Se sentía como cuando quitas el envoltorio de algún alimento ...
... delicado, no quería ser torpe o brusca con los movimientos. Braulio se estremeció al sentir como Tania estaba entre sus piernas y él las abrió para facilitarle la labor. Pudo sentir que ella estaba oliendo su sexo excitado y por sus suspiros entendió que le estaba gustando. Tuvo que reprimir un gemido cuando la cálida lengua de su joven vecina rozó su glande levemente. Supo que aquel roce era para probar su sabor y que ese sabor le había gustado pues volvió a pasar su lengua con mayor presión. Y supo que le había gustado mucho, cuando sintió los labios femeninos rodearlo y como comenzó a chuparlo. Gimió al sentir como succionaba solo la punta de su polla. Lo hacía despacio disfrutando de su sabor. Durante un buen rato se dedicó únicamente a mamar de su capullo hinchado, caliente. El único contacto entre ellos era ese, capullo y boca, una comunión sexual que a los dos les daba placer. Tania descubrió que le daba placer hacerlo, que la excitaba sentir aquella parte del cuerpo de Braulio dentro de su boca. Le provocaba gemir sentir la suavidad de aquel glande en su lengua. Comunión perfecta, capullo, labios y lengua.
Cuando le hacia una mamada a su marido le gustaba mover su cabeza como si estuvieran follando pero ahora era distinto. Ahora solo deseaba chupar aquel capullo tan hinchado, deseaba saborear cada gota que de él manaba y que recogía con su lengua como un premio que ese hombre le obsequiaba. Le gustaba aquel sabor entre dulce y salado. Si su coño era una tarta de ...