1. Dos sumisos y un perro


    Fecha: 21/05/2025, Categorías: Dominación / BDSM Autor: DominAma, Fuente: CuentoRelatos

    ... cuello, mirando hacia donde estábais y tratando de escuchar bien lo que les decías.
    
    “Quiero dormir una siesta. Nos quedan muchas horas por delante, pero quiero descansar un rato. Salid a la piscina o bajad al salón de juegos. Haced lo que queráis, pero no quiero veros en el salón. Quiero estar aquí tranquila, con la tele puesta y mi chucho a mis pies. Dentro de 1h30 minutos quiero que entréis en el salón. José, deseo que me despiertes como sabes que hace mi puta cada día. Luis, mientras tanto quiero que te quedes de rodillas a su lado. Sin decir ni hacer nada. ¿Está claro, chicos?”.
    
    Ambos contestaron que sí y salieron por la puerta del salón para tumbarse en la piscina. Escuché los chapuzones y pude ver cómo se tumbaban desnudos al sol, simplemente con el collar que les habías puesto. Imaginé que me dirías que me acercara, pero no lo hiciste. Te colocaste de medio lado, encendiste la tele y cerraste los ojos. Yo hice lo mismo y ambos nos quedamos dormidos. Me hubiera gustado dormir pegado a ti, besándote… acariciando tu pelo y diciéndote mil te quieros, pero los perros no hablan. Me lo habías repetido varias veces en las últimas horas, así que no hice nada y me quedé dormido soñando contigo.
    
    Pasado un buen rato (supuse que a la hora acordada) sentí ruido a mi alrededor y pude comprobar medio dormido que José estaba lamiendo tus pies, arrodillado frente al sofá. Estuvo más de 20 minutos tratando de que te despertaras, pero dormías profundamente. Entonces te moviste ...
    ... un poco en el sofá y te sentaste, arrastrando tu coño hacia el extremo del sofá, en una clara invitación para que te diera placer. Sin embargo, cuando se acercó con su lengua hacia tu precioso coño depilado, le agarraste la cabeza y le dijiste.
    
    “Dime José, ¿te apetece una mamada antes de comerme el coño o después?”
    
    José te dijo que no sabía, que le daba igual, pero tú, con fuego en la mirada, le dijiste:
    
    “Sabes que cuando hago una pregunta concreta, exijo una respuesta concreta. Si no sabes hacerlo, le haré la pregunta a Luis”.
    
    Entonces, José contestó que prefería la mamada antes de comerte el coño, y tú, sonriendo y agarrando su polla que empezaba a coger tamaño, exclamaste:
    
    “Mucho mejor. ¿Ves qué fácil son las cosas cuando te las recuerdan? Te lo digo porque a partir de ahora no voy a repetir la pregunta, ni a exigirte una respuesta clara. Si no lo haces, tengo aquí otro sumiso que seguro que aprende rápido. ¿Verdad, Luis?”
    
    Luis contestó con un escueto “Sí, Señora” mientras tu estabas masturbando a José. José permanecía de pie al lado del sofá, y tú le estabas masturbando con la mano derecha. Entonces, mirando a Luis, exclamaste:
    
    “José, nuestro invitado se está aburriendo. ¿Qué te parece si mientras yo te masturbo a ti tú haces lo mismo con él?”.
    
    José te miró y dudando un segundo comenzó a masturbar a Luis. Se escuchaban los gemidos de ambos al ritmo de tus sacudidas y de las de Luis, y entonces, riendo, comentaste:
    
    “Poneros de pie, uno frente al ...
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