1. Adelante oprime, atrás estruja


    Fecha: 22/05/2025, Categorías: Infidelidad Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos

    ... se ocupaba de bajar la cintura del calzoncillo y, liberado el pene, asirlo del tronco en una frenética masturbación. Por supuesto que él no se estaba quieto, mientras retorcía el pezón de la teta que estaba al aire, tres dedos entraban y salían de la vagina algo que ella facilitaba abriendo las piernas todo lo que le permitía estar parada.
    
    El orgasmo de ambos parecía haber estado sincronizado, ambos con la boca abierta, rugiendo, moviéndose espasmódicamente y él largando chizguetazos de semen que, habiendo impactado en la zona del ombligo de la hembra, se deslizaban en dirección al pubis. Culminado ese momento pasional Zulema se sentó en el sillón cubriéndose la cara.
    
    - “¡Madre santa, qué hice!”
    
    La respuesta fue de Claudia.
    
    - “Gozaste, nena, gozaste”.
    
    - “¡Cómo pude dejarme llevar, si se entera David se acaba mi matrimonio!”
    
    - “No se va a enterar. Además, nosotras nos vamos a encargar de amansarlo de manera tal que cuando sepa, esto le va a parecer un juego inocente al lado de lo que gozará en nuestra compañía”.
    
    La voz de Lucio interrumpió el diálogo.
    
    - “Todo muy lindo, el acuerdo a futuro maravilloso, pero a mí que me parta un rayo y el dolor de bolas me lo saque Magoya”.
    
    Sofía acudió en su auxilio, haciéndole señas de silencio y de ponerse delante de las rodillas de Zulema, que ignorante de lo que pasaba, estaba apoyada en el espaldar, con los ojos cerrados y el cuerpo laxo reponiéndose del orgasmo disfrutado. Con Lucio en el lugar indicado, la ...
    ... esposa de Matías, desde atrás del sillón tomó a mi mujer de los hombros, acariciándola mientras le hablaba.
    
    - “Qué hermoso te corriste chiquita, disfrutá el momento, dejá la mente en blanco, ahora no sos una señora sino una hembra con hambre de sexo, dale a tu cuerpo el placer que pide a gritos, nosotros te vamos a ayudar”.
    
    El suave movimiento de las manos y el tierno murmullo en el oído fueron suficientemente narcotizantes para que la acción de Lucio, llevando sus nalgas al borde del asiento, y las plantas de los pies a los hombros del macho no generaran resistencia. Cuando sus ojos se abrieron denotando sorpresa ya tenía ocupada íntegramente la vagina por el miembro que había empezado el movimiento de entrada y salida.
    
    Poco duraron laxitud y sorpresa pues en seguida cruzó los brazos detrás del cuello y las piernas sobre la espalda del que la embestía.
    
    - “Nena, me estás ordeñando, voy a aguantar muy poco”.
    
    - “Callate y dame fuerte, llename de leche”.
    
    - “Ya, me estoy corriendo, ahí vaaa”.
    
    La culminación del orgasmo de uno dio pie a las palabras del que miraba.
    
    - “Claro, yo caliento la pava y otro toma el mate, salí que sigo”.
    
    Zulema, entregada y deseosa, lo recibió íntegro. Dos o tres vaivenes fueron suficientes para lograr la lubricación que Matías buscaba antes de ubicar el glande en el orificio estriado. Cuando mi mujer tomó conciencia de lo que se avecinaba era tarde, el macho la tenía tan bien tomada que la resistencia, los gritos y el llanto ...