El profe (capítulo 3)
Fecha: 13/06/2025,
Categorías:
Anal
Autor: Jcasf, Fuente: CuentoRelatos
... Por último, me reí de la situación y seguí mi camino.
El regreso fue tranquilo, tuve cuidado de no sacar mis comprar para irlas viendo en el bus, bajé y caminé a casa, en la fresca noche se me antojó comer un poco de helado. Entre las compras que había hecho tenía un litro de helado con galletas picadas aguardándome. En esas cavilaciones estaba entretenido cuando llegué a mi condominio. En las escaleras de ingreso encontré a Angy sentada, con la cabeza entre los brazos. Parecía llevar buen rato esperándome.
—Chinita ¿qué pasó? —le pregunté.
—Hola profe, me cancelaron mi viaje, busco hotel por hoy.
—Ya veo, conozco un hotel cercano, pero creo que cobran muy caro —bromeé con ella.
—No tengo dinero… pero creo que podría pagar de otra forma —entró ella en la broma, dándole segundo sentido a sus palabras.
—El casero es muy duro y firme —le dije— te hará trabajar y sudar como no te imaginas, es probable que hasta salgas cojeando del hotel.
—Me las ingeniaré para aguantar bien a ese casero, puede que hasta le saque el jugo —con eso ya me había terminado de excitar.
Me agaché y con amabilidad le di un beso en la mejilla, la tomé de la mano y la hice levantarse, cogí su maleta como cortesía, a cambio ella se ofreció a llevar la bolsa de pizza que cargaba. Subimos hacia el departamento e ingresamos.
—¿Quién va de compras con una bolsa de pizza? —me dijo divertida, aún si adivinar el contenido de la bolsa.
—Solo alguien bien loco.
Ingresamos y nos ...
... acomodamos en la mesa tipo isla, le ofrecí una bebida, tomamos algo de gaseosa y comimos los piqueos que aún quedaban. Charlamos buen rato. Un secreto si quieres caerle bien a una dama es ser un buen oyente, y yo lo era.
Me enteré de que ella era enfermera, llevaba un tiempo trabajando para el estado en un distrito rural a varias horas de viaje, y cada cierta cantidad de días le permitían viajar a la ciudad, por ello no era común que visitara a Daniela. Me contó cosas de su familia, de ciertos problemas económicos, males de amores, entre otros. Pronto volvimos a servirnos whisky, ella hablaba porque necesitaba desahogarse, y a mi me estaba gustando conocer cada vez un poco más de ella.
—Te puedo confesar algo —le dije.
—Claro, lo que quiera profe —me respondió sonriendo.
—Desde que vi tu colita me tiene intrigado si podrás aguantarme.
—Casi me parte a la mitad hace unas horas.
—Vamos, te vi, creo que con algo de cuidado podría ponerte una buena inyección.
—No lo sé… podríamos intentar…
No la dejé pensar más, me junté a ella y le di un beso. Su pequeña boquita era una delicia, estaba algo helada por la bebida, pero pronto tomó temperatura y se volvió muy receptiva jugando con su lengua. Le dediqué tiempo a acariciarla, a rozar con ligereza su cuerpo, aún vestía la ropa deportiva con la que se había marchado en durante la tarde. Quise tomarla por la cintura, pero ella me bajó las manos a la altura de sus nalguitas, dándome a entender lo que quería.
—Hazme ...